Ratzinger teólogo, una reflexión. Dios está creando ahora y redimiendo ahora. R.S.
13 Marzo 2024
Marco Tosatti
Muy estimados StilumCuriales, un fiel amigo de nuestro sitio, R.S., ha publicado este comentario sobre el informe de Don Mauro Gagliardi, que parece digno de llegar a un público más amplio que los lectores del foro. Feliz lectura y meditación.
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Gracias a quienes escribieron y publicaron este informe, el cual me ha sugerido esta reflexión: en un cierto punto la inteligencia filosófica y teológica del hombre se detiene en el intento de dar respuestas a los diversos porqués. Sucede frente al Absoluto, que es tal sin tener un por qué.
Donde la reflexión humana inevitablemente dejaría de poder investigar, la Revelación lo compensa arrojando luz. Esta Revelación Divina tiene su culminación en Cristo, Verbo encarnado y Redentor de la creación. Sin embargo, esta culminación requiere siglos para cimentar en una doctrina, capaz de elaborar gradualmente las nociones (por ejemplo, Dios Uno y Trino). El escéptico o el incauto pueden acusar a esta Traditio de alguna tergiversación, mientras que el alma enamorada no puede dejar de reconocer el incesante avance de la Gracia.
La diferencia la hace… el tiempo. De hecho, hay quienes piensan que Dios creó hace muchísimos años y nunca más lo hizo o que redimió hace dos milenios y luego concluyó… lo cual es un problema para los que están en el tiempo y no en la eternidad. Dios está creando ahora y está redimiendo ahora. Por eso se revela nuevamente, siempre en nombre de Cristo, como fue todo el Antiguo Testamento y como es el tiempo de la misión confiada a la Iglesia. Todo esto en evidente continuidad con el Origen, sin tergiversarla, traicionarla o negarla jamás: él la especifica.
San Buenaventura afirma que no es sólo la Tradición la que hace florecer el potencial de la Escritura, o al menos la interpreta, a lo largo de la historia: es la Escritura misma la que florece, gracias a las multiformes teorías que contiene, pero nunca como negación o superación de Cristo y del Nuevo Testamento. ¡El Hijo no desmiente al Padre y el Espíritu Santo no desmiente al Hijo, ya que no hay eras de “predominio” de una Persona de la Trinidad sobre las otras!
En este punto resulta fundamental comprender el tiempo.
Lo Originario es lo absoluto: sano e íntegro. Al ser lo Absoluto no tiene un por qué. Todo ente que tiene un por qué no es lo Originario.
El mal domina al ente con sus porqués. Se produce una patología, la fractura. La sanación es como una soldadura.
Lo Absoluto, lo Originario, es eterno. El origen está en el tiempo, que tampoco es originario. La fractura de lo originado forma parte del tiempo y la soldadura acontece en el tiempo, tempus, del griego temno, es decir, corte.
La justicia de Dios representa la restitución de la integridad perdida, superando el mal: de la fractura a la soldadura, en este devenir dentro de la Eternidad de Dios. Luego depende de la mirada: histórica o contemplativa.
En la primera se recoge o rechaza la fragmentación. Recoger los pedazos es una perspectiva que se basa en el pasado. Rechazar las piezas es la perspectiva que proyecta el futuro. De hecho, ambas miradas sancionan la trituración. Todo historicismo es inconducente, tanto hacia adelante como hacia atrás.
La contemplación, en cambio, atraviesa la fragmentación. Es la perspectiva que une todo en la eternidad. Estamos bajo la mirada de Dios, del Origen. Él salvaguarda lo originario y sin esta mirada no seríamos nada. El que nos constituye, Él mismo nos salvaguarda.
Para conocer nuestro ser debemos percibirnos en Dios. Somos conocidos en lo Originario, por Cristo, con Cristo y en Cristo, escritos en el libro del Cordero inmolado desde el principio y destinado a su propio misterio de Gloria.
El contemplativo no es un intelectual orgánico del sistema, sino un anunciador de un modus vivendi, un habituscontemplativo. La Verdad nos hace libres y el tiempo es la más invasiva de las esclavitudes, porque ata también al pensamiento del hombre que permanece en la historia.
En la plenitud de los tiempos el Verbo se hizo carne (en el espacio y en el tiempo), pero para decir que el Reino de Dios esta desvinculado de ellos. Esta sabiduría REVELADA es sabor, gusto de las cosas divinas. El Espíritu Santo interviene sensiblemente con sus dones.
Ver a los otros como los ve Dios es la misericordia. Restituir la creación al Creador es justicia. Por eso el cristianismo NO se resuelve en la historia, la cual está llena de porqués y también de cosas malas. Es un conjunto de fracturas que permanecerían conflictivas. El acontecimiento cristiano es el anuncio de su superación. Es la paz NO como la da el mundo. Ama también al enemigo porque en la Gloria supera el misterio del dolor.
La muerte entonces no tiene la última palabra. La cruz, trono de gloria, se abre a los misterios de la Gloria cuya culminación es la criatura que encarnó al Verbo que es reina del cielo en la gloria de los ángeles y de los santos. El Misterio de Cristo es llevar allí con Él al hombre creyente.
La Voluntad Divina lo resume todo: también el dolor y la cruz. Nuestra fe está dirigida a la eternidad, en la historia. No espera el futuro, sino en el hoy, ahora.
En esta perspectiva eterna, la historia encuentra sentido, sin convertirse ni en un ídolo ni en una cadena. La cruz encuentra sentido, vivida en el sístole y diástole de Dios, contemplada en el ser trono de la Gloria de Cristo.
En Dios no existe el tiempo, pero nosotros estamos aquí en el tiempo. Pero el sentido del tiempo no es la historia, sino Dios. Quien está ciego está enfermo: debemos sanar para volver a la Luz. Ciegos o fracturados, debemos sanar: ser salvados. Prisioneros del mal, somos liberados por la Verdad.
Contemplar es estar fuera del tiempo, para estar en cada momento. ¿Se necesita la inteligencia de los eruditos? Necesitamos la humildad de los pequeños y necesitamos el consentimiento sabio del hombre. El hombre vislumbra, comprende y confía, pero en Dios y no en sí mismo.
Publicado originalmente en Italiano el 12 de marzo de 2024, en https://www.marcotosatti.com/
Traducción al español por: José Arturo Quarracino
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Categoria: Generale
Para empezar diré con con Monseñor Francesco Spadafora: “El lenguaje de Ratzinger no brilla especialmente por su claridad”, “está lleno de contradicciones” y “nada se puede esperar de él” porque está bajo la influencia de la exégesis modernista, en particular del Padre Ignace de la Potterie. Estas frases, sacadas del opúsculo “El triunfo del modernismo sobre la exégesis católica” resumen la compleja psicología de Joseph Ratzinger, hombre ciertamente bueno, de corazón católico, pero de mente progresista. Y lo que he dicho lo ratifica Monseñor Spadafora. Con un Papa así, que no hubiera llegado tan alto sin el último Concilio, se explica la desastrosa decisión de febrero de 2013.