Extraño trío argentino: una mujer gigante y un par de pigmeos. Bernardino Montejano.

21 Febbraio 2024 Pubblicato da Lascia il tuo commento

Marco Tosatti

Estimado StilumCuriali, un fiel amigo de nuestro sitio, S.C, nos reenvió este artículo escrito por Bernardino Montejano, a quien agradecemos de todo corazón. Feliz lectura y circulación.

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EXTRAÑO TRÍO ARGENTINO: UNA MUJER GIGANTE, UN PAR DE PIGMEOS

 

La mujer gigante es la primera santa argentina canonizada ayer: María Antonia de San José de Paz y Figueroa. El par de pigmeos son Francisco y Milei a quienes toda grandeza es ajena y que se saludaron con “muy buena sintonía” con un sintético diálogo de peluqueros. Pero también, el papa le dijo a su compatriota: “Gracias por venir, vos que sos medio judío” (La Nación, 12/2/2024). Es la prueba del humor con el cual, se toma el servidor de los siervos de Dios, algo tan tremendo como una apostasía.

En su homilía, el papa argentino resaltó que “en un contexto marcado por la miseria material y moral”, la nueva santa “se desgastó en primera persona, en medio de mil dificultades, para que muchos otros pudieran vivir su misma experiencia”

Ella, “pacífica de corazón, iba armada con una gran cruz de madera, una imagen de la Dolorosa y un pequeño crucifijo al cuello que llevaba prendida una imagen del Niño Jesús”

También recordó palabras de la canonizada: “la paciencia es buena, pero es mejor la perseverancia”. Nuestra nueva santa “viajó miles de kilómetros a pie, a través de desiertos y caminos peligrosos, para traer a Dios”.

En el día que la Iglesia celebra el Día Mundial del Enfermo, habló de las lepras del alma: el miedo, el prejuicio y la falsa religiosidad, que hace sufrir a los débiles que son tratados como basura”.

El papa dice que “promovió una caridad oculta de la vida cotidiana, que se caracteriza por la cercanía y la discreción”.

Este Francisco es la misma persona que cuando era Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires trató a tantos débiles como “basura” y hasta en un  intento quedarse con sus ahorros, como en el caso de monseñor Antonio González Silvano, discípulo del padre Julio Meinvielle, con incontables años como párroco de San Isidro Labrador, a cuyo hermano Matías negó la devolución de los dólares retenidos, asunto que concluyó con el escándalo de un conocido juicio ante los tribunales civiles y la humillante derrota del arzobispado que tuvo que devolver todo lo retenido. El abogado del sacerdote, el Dr. Eduardo Costa, renunció a sus honorarios, gesto que no merecían el arzobispado y sus rábulas. Tal vez, el rencoroso arzobispo quiso vengarse de la humillante derrota que los monseñores Lavagnino y González infligieron a los curas tercer mundanos en conocidas elecciones clericales.

¿Es la misma persona que citó al fundador del Instituto del Verbo

Encarnado, padre Carlos Miguel Buela, con quien pasé más de un mes en Roma y que puedo dar fe no ejercía ninguna función directiva en el IVE y que sin tener en cuenta su edad y sus achaques, la importancia de la proximidad con sus médicos, oculista, dentista, etcétera, lo recluyó castigado en Génova donde murió.  Recuerdo las palabras del fundador al día siguiente de la entrevista: “Fue una victoria a lo Pirro, porque tenemos que confiar en la palabra de un hombre que no tiene palabra”

Este hombre cobarde, de “mirada torva” según Paco Pepe, sigue castigando a Buela después de muerto, porque la rama masculina del IVE continúa hoy comisionada.

¿Es la misma persona que liquidó la obra que el padre Jorge Benson estaba realizando en la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes en el Bajo Belgrano para mandarlo al Señor del Milagro, cuyas misas se celebran en una casa?

En esa casa existe un inmenso pizarrón con invitaciones y estampas de matrimonios y bautismos celebrados en el Señor del Milagro que prueban la gratitud de los antiguos feligreses con su párroco injustamente humillado y degradado.

¿Es la misma persona que sacó de la parroquia en Colegiales al padre Ramos por celebrar en el Instituto de Filosofía Práctica una misa según el rito extraordinario en el aniversario del Congreso Eucarístico y liquidó la obra litúrgica que estaba realizando, en especial con los jóvenes del barrio?

Y tantas cosas más… ¡Hipócrita! ¡Cuántas vigas en tu ojo! La Iglesia ha tenido muchos papas que Dante ubica en el infierno, de cuya existencia Bergoglio duda. Recemos por su destino eterno, tal vez se salve porque como escribió Ignacio Braulio Anzoátegui “a veces a Dios le gusta emplearse a fondo”.

 

Buenos Aires, febrero 12 de 2024

Bernardino Montejano

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