JMB y la manipulación profana del Evangelio. Quarracino.

19 Febbraio 2024 Pubblicato da 2 Commenti

Marco Tosatti

Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, José Arturo Quarracino ofrece a vuestra atención estas reflexiones sobre el uso que el pontífice reinante hace de las Sagradas Escrituras. La traducción es nuestra. Disfruten leyendo y compartiendo.

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JMB y la manipulación profana del Evangelio

Con su desprecio ignorante por el sentido literal de la Sagrada Escritura, don Jorge Mario Bergoglio se permite hacer cualquier tipo de interpretación antibíblico del Evangelio, para transformarse en un gurú de autoayuda o de consejero psicológico, y así desvirtuar el mensaje cristiano para mayor gloria del Globalismo plutocrático y satánico.

A esta altura de final de pontificado francisquista, es cada vez más evidente que el obispo de Roma -único título que reivindica como Pontífice desde marzo de 2020- no está embarcado en un proceso de renovación ni de transformación de la Iglesia de Cristo, la Iglesia Católica, sino en un camino de mutación radical, para convertirla en una institución híbrida seudo testimonial -la Iglesia sinodal, la “Iglesia” de Bergoglio-, dada la imposibilidad de encarar su destrucción, imposibilidad afirmada por el mismo Jesucristo, Señor nuestro.

En vez de apacentar la grey de Cristo, don Jorge Mario se ha empeñado desde que fue elevado al papado en perturbar y problematizar la Fe del pueblo creyente, introduciendo “doctrinas llamativas y extrañas” en su predicación y “enseñanza”, un auténtico menjunje de opiniones y divagaciones más propias de una charla de café que de enseñanza magisterial. En vez de enviar a los cristianos a cumplir el mandato misionero del Señor –“vayan y bauticen a todas las naciones y pueblos del mundo en el nombre de la Santísima Trinidad” (Mt 28, 19), el pontífice reinante pretende lo contrario, que en la Iglesia entren “todos, todos, todos”, es decir, que la Iglesia de Cristo no sea una nave en el mar del mundo, sino un carro atmosférico[1] que recoja y reúna toda la basura moral, cultural y espiritual que produce un “mundo” no sólo alejado de Dios, sino enfrentado consciente y arteramente a Él. Y en vez de predicar el mandato del Señor –“sean perfectos como el Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48)-, el obispo de Roma pretende que en la Iglesia nadie se esfuerce por convertirse a Dios, sino que sea tal como es y se acepte así, lo cual incluye darle a la homosexualidad carta de ciudadanía cristiana, y que forme parte de la vida y “virtudes” del Cuerpo de Cristo, difundiendo e imponiendo en la Casa de Dios el plan de normalización de la homosexualidad en la sociedad civil, eficazmente implementado por George Soros y sus secuaces globalistas.

 

La manipulación, profanación y neutralización de la Revelación -fuente fundamental y matriz de la vida de fe eclesial- es el camino emprendido por el ilustre jesuita argentino para hacer de la Iglesia un organismo híbrido e insulso, como dijimos al comienzo de esta nota. Las pruebas de esta rebelión y contrarrevolución bergoglianas está a la vista: desde la descalificación y negación de la Tradición -fundamentalmente, la litúrgica-, pasando por la sublimación y exclusividad del “magisterio francisquista” como único Magisterio pontificio, hasta llegar al manoseo y tergiversación de la Sagrada Escritura, para reemplazar la misma Palabra de Dios por la ideología globalista atea y anticristiana del Nuevo Orden Mundial. Con este proceder infame, don Jorge Mario demuestra que, aunque sea “pontífice”, carece de todo sentimiento de piedad y respeto por la Sagrada Escritura, en la que se expresa el mismo Dios en persona. Una rebelión directa contra el mismísimo Dios en persona, y en especial contra el Hijo, a quien en algún momento de su vida decidió servir y ponerse a su servicio, pero a quien ahora evidentemente deja de lado, traicionándolo.

Como hemos afirmado en otra oportunidad[2], en las Sagradas Escrituras “es Dios mismo -Uno y Trino- el que habla y se revela, a través del lenguaje humano aportado por los distintos y numerosos escritores y redactores de los libros que componen la Biblia, en un periodo concreto de la historia y exclusivamente en tres idiomas: arameo, hebreo y griego. Pero ningún lenguaje ni idioma humanos puede expresar y contener en sí mismo la Palabra de Dios, quien ha elegido expresarla a través de dos lenguas especificas: la semítica y la griega, pero con un sentido y significado que trasciende el límite temporal-espacial de la redacción textual, porque tienen vigencia eterna, ‘hablan’ en todos las épocas y en todos los idiomas. Porque en realidad, y así lo define el Catecismo de la Iglesia Católica, los textos sagrados tienen en sí un doble sentido: literal y espiritual. El primero es lo que efectivamente dice la letra del texto -expresado en un determinado lenguaje epocal-, mientras que el segundo tiene tres interpretaciones posibles: alegórico, analógico y moral”[3]. Pero en esta labor interpretativa hay que tener siempre presente que el sentido literal es la base y fundamento inconmovible de todo significado de la Sagrada Escritura: “Todos los sentidos [de la Biblia] se basan en el sentido literal”[4]. Sin el sentido literal, los demás sentidos se desvanecen y diluyen, no tienen ningún sustento que los avale y justifique. Pero lamentablemente, esto es lo que practica don Jorge Mario.

En otras oportunidades nos hemos referido a las tergiversaciones fraudulentas que ha hecho el obispo de Roma de la interpretación de los textos bíblicos. El ejemplo reiterado ha sido el de los divagues efectuados sobre la parábola de los invitados del rey a un banquete nupcial, identificando a Nuestro Señor con esa figura imaginaria, dejando de lado el sentido literal[5]. No menos grave, rayana en la herejía, ha sido la interpretación de Bergoglio sobre el pasaje mateano, posterior a la profesión de fe de Simón Pedro respecto a Jesucristo, reconociéndolo como el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Profesión de fe a la que sigue inmediatamente después la tentación diabólica expresada por Pedro, quien pretende impedir que Jesucristo transite el camino de la cruz, actitud que es rechazada por el Señor con la famosa frase “Apártate y retírate de mí, Satanás, eres un tropiezo para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres” (Mt 16, 21-23). Pero en un alarde de desvarío impío y sacrílego, para Bergoglio Satanás no es malo, por eso Jesús no lo rechaza sino que quiere convertirlo para que sea uno de sus apóstoles. Así lo deliró diabólicamente el Pontífice en la homilía que pronunció en la Misa celebrada el 3 de setiembre ppdo. en su viaje a Mongolia[6]: “[…] escuchemos la palabra que el Señor dice a Pedro: ‘Ve detrás de mí, es decir: sé mi discípulo, realiza el mismo camino que hago yo y no pienses más como el mundo’ (Mt 16,23)”. Como para Bergoglio la figura del demonio contradice su “magisterio”, entonces directamente lo elimina de su interpretación: Pedro no expresa a Satanás en su “rechazo a la Cruz”, sino que “piensa mal”. En rigor de verdad, se trata de una verdadera estafa exegética disfrazada de piedad benevolente.

La más reciente demostración de la falsificación exegética bergogliana está presente en el prólogo que el mismísimo obispo de Roma escribió a un libro recién publicado de su amigo, biógrafo y confidente Austin Ivereigh, First belong to God: On retreat with Pope Francis [Primero pertenecer a Dios: en retiro espiritual con el Papa Francisco], al comentar la frase de Jesúsal paralitico postrado en la piscina de Betzatá, al lado del Templo de Jerusalén: “¡Levántate, toma tu camilla y camina!” (Jn 5, 8).

En su interpretación despojada de todo rigor exegético y doctrinal, puramente psicológica, el Pontífice inventa diciendo que “el hombre estaba paralizado interiormente. Se sentía fracasado en un mundo de rivales y competidores”. Pero este invento no está en el texto. Y continua: “Resentido y amargado por lo que sentía que se le había negado, estaba atrapado en la lógica de la autosuficiencia, convencido de que todo dependía de él y de su propia fuerza. Y como los demás eran más fuertes y más rápidos que él, cayó en la desesperación. Pero es ahí donde Jesús sale a su encuentro con su misericordia y le llama a salir de sí mismo. Una vez que se abre al poder curativo de Jesús, su parálisis, tanto interior como exterior, queda curada […]”, etc. etc. Como se puede apreciar, una interpretación psicológica sin sustento literal, un invento total, pero que le sirve a don Jorge para hacer una interpretación más propia de un gurú de autoayuda, con lo cual diluye y minimiza a Jesucristo y su milagro, apenas mencionado.  Lo cual es su objetivo último, para poder hablar de la “Iglesia sinodal”, en la que el centro y fundamento ya no es el Resucitado, sino “la comunidad reunida en el Espíritu”. Es que para el Pontífice mutador, “hay que obedecer a Soros y a los Rothschild antes que a Dios” y poner la Iglesia de Cristo en sus inmundas manos.

 

    José Arturo Quarracino

17 de febrero de 2024

 


[2] “Nuestro Señor Jesucristo: de Redentor y Salvador a psicoterapeuta globalista. Las falacias de la ‘Iglesia’ bergogliana”, en https://www.marcotosatti.com/2023/08/24/las-falacias-de-la-iglesia-bergogliana-jose-arturo-quarracino/

[3] Catecismo de la Iglesia Católica, Primera Parte, Primera Sección, Capitulo Segundo, articulo 3, nn. 115-118

[4] Santo Tomas de Aquino, Suma Teológica, Primera Parte, Cuestión 1, articulo 10, ad. 1.

[5] Ver la cita en la nota 2.

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2 commenti

  • FRANZ ha detto:

    Estimado Quarracino, que se saque la conclusion: puede un papa hacer lo que comenta usted?
    Una de las dos:
    1. Se si, entonces Jesus nos enganyo;
    2. Si no, entonces BJM non puede ser papa segun la doctrina catolica.

    Se puede averiguar si es de verdad el Papa?
    gracias de antemano
    francesco

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