El talento de Bergoglio para oscurecerse a sí mismo. Maestro Titta

16 Febbraio 2023 Pubblicato da Lascia il tuo commento

Marco Tosatti

Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, Mastro Titta ofrece a vuestra atención estas sesudas y melancólicas reflexiones sobre el Pontífice reinante. Leyendo este sabroso y muy centrado artículo, me vino a la mente Fortebraccio, el satírico -comunista y católico- de L’Unità, de venerada memoria, cuando hablando de un político que se comportaba exactamente igual que el Pontífice reinante, decía que se movía “corriendo hacia un lado y otro como un perro”… Disfruten leyendo y compartiendo….

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El talento de Bergoglio de oscurecerse a sí mismo

Luego de la estentórea advertencia de “las manos fuera de África” pronunciada en el Congo, durante el vuelo de regreso el papa Francisco, alias Jorge Mario Bergoglio, volvió a lo habitual seguro: guerra mundial a pedazos, venta de armas, penalización de la homosexualidad (¿dónde? ¿dónde?).

Sólo dos entradas nuevas: la instrumentalización del difunto predecesor y la lucha contra el tribalismo -a este respecto, sería oportuno echar una mirada en la propia casa, dada la guerra étnica entre Roma, Berlín y Washington desencadenada por los diversos sínodos sobre la sinodalidad que aspiran a hacerse permanentes (tengo conocimiento de gestores totalmente inconclusos que, para enmascarar esta actitud huesuda, convocaban una reunión tras otra).

Después de todo, la quintaesencia de la herejía es el “discurso infinito” talmúdico, según el destacado erudito judío-francés George Steiner, quien observa que la filosofía cristiana antigua, en particular San Agustín y Santo Tomás, pretendía llegar a una conclusión única y certera sobre Dios, el hombre y el mundo. Pero no estamos aquí para ventilar que el desvarío mental del ex Vicario de Cristo es intencionadamente herético: no es asunto nuestro.

Es que Bergoglio, alias el papa Francisco, demuestra poco conocimiento de nada: no conoce los términos del acuerdo sobre salud y educación entre la Santa Sede y el Congo, no sabe si hay tribalismo en Sudán del Sur, no está al tanto de esto, no está seguro de aquello.

Tan manso como una planta de albahaca en noviembre, oscila entre la prudencia de la ignorancia y la ignorancia de la prudencia, cuando lanza declaraciones pitagóricas sobre la venta de armas y los homosexuales criminalizados (¿dónde? ¿dónde?). Si hubiera tenido la osadía de tronar sobre el tema en la llanura de Ur o en los Emiratos Árabes Unidos. Pero no.

Ni una palabra del Papa sobre el presidente ucraniano que reclama armas, armas, armas como regalo -Zelensky, cuando no está escribiendo cartitas a Amadeus, está de hecho trocando ucranianos que sobrevivirán a la inminente ofensiva rusa, ucranianos que ya no tendrán una franja de tierra propia, por unos cuantos fusiles y misiles- en compensación una oda salvaje, recién repetida y estudiada en profundidad, sobre los indígenas de los que debemos aprender mucho.

El mito del buen salvaje de Rousseau reciclado en salsa ecológica: mientras se reciclen botellas nada en contra, pero cuando se trata de ideas polvorientas, más vale volver a la patrística. Polvo por polvo, es bien sabido que cuanto más antiguas son las cosas, más valiosas son.

El punto, marginal pero no demasiado, es que Bergoglio se oscurece a sí mismo. No termina, no profundiza realmente en nada. Lo lanza allí, luego pasa a otra cosa, después vuelve al tema, luego corre a la derecha, después explora a la izquierda. Avanza, desencadena procesos, ocupa tiempos y abandona espacios, y luego vuelve a pensar lo repensado.

El mecanismo profundo me suena familiar, en todos los sentidos. Durante un tiempo, en mis últimos años de universidad, sufrí gastritis (demasiado café, pocas horas de sueño, exceso de cigarrillos, pizzas congeladas apenas calentadas, etc.).

Una tía abogada me maldijo, diciendo que tenía una úlcera. Le contesté preguntándole si era médica o abogada. La respuesta fue genial: “Soy abogada, pero quería estudiar Medicina”.

Tenemos un Papa que habría querido ser secretario de la ONU, o ser el federador de Greenpeace y WWF, o incluso ser el jefe de la OMS, pero se ve obligado a ser el Papa. El dolor de ser lo que uno es y no lo que a uno le gustaría ser se anida, creo, en la raíz de la división interior que obliga a saltar de un lado a otro.

Un pobre católico irrelevante se pregunta: ¿qué quedará de este magisterio secular, impregnado de ilusiones, de apelaciones con el corazón en la manga y de la razón ausente? Fácil: nada. Absolutamente nada.

Pero todo eso está muy bien, porque la inmensa mayoría de los hombres -y de los Papas- acaban en el pozo artesanal del olvido, precisamente mientras la vida pasa oscureciéndose, intentando salir a la luz. Dios es luz, Dios hace la luz. Sólo Dios recuerda al hombre.

 

Mastro Titta

Publicado originalmente en italiano el 11 de febrero de 2023, en https://www.marcotosatti.com/2023/02/11/il-talento-di-bergoglio-nelloscurare-se-stesso-mastro-titti/

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

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