La traición de Pedro y la “bendición” a las parejas irregulares. Joachim Heimerl

19 Marzo 2024 Pubblicato da

Marco Tosatti

Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, Joachim Heimerl, a quien agradecemos calurosamente, les ofrece estas reflexiones sobre Fiducia Supplicans y la traición: la de Pedro y la de Judas Iscariote. Diviértanse leyendo y compartiendo.

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La traición de Pedro y la “bendición” a las parejas irregulares

 Joachim Heimerl

 

Estamos tan acostumbrados a ver a Judas como el traidor por excelencia que olvidamos que hay otro traidor la noche del Jueves Santo: Simón Pedro.

La traición de Pedro no es en modo alguno más inofensiva que la de Judas, ni es un desliz. Al contrario, se adapta a la personalidad ambivalente de Pedro e incluso a sus numerosos errores, por los que es duramente reprendido por Jesús.

Es cierto que Jesús hizo de Pedro la roca de la iglesia. Pero así como él no era perfecto, tampoco lo fueron muchos de sus sucesores. Aparentemente, al oficio de Pedro pertenece no sólo la promesa de las llaves del cielo, sino también la aceptación de la debilidad humana. Precisamente así es como el propio Pedro se convierte en un santo accesible.

Su traición brilla una y otra vez a lo largo de la historia papal. Algunos papas traicionaron a Jesús a través de su estilo de vida inmoral, otros porque su posición como gobernantes de los Estados Pontificios era más importante para ellos que su oficio espiritual. Aquí también cabe mencionar las decisiones papales equivocadas, como la venta de indulgencias y otros ejemplos.

Y, sin embargo, la traición de Pedro es hoy más notoria que nunca. Ahora ha llegado a todos los niveles de la Iglesia: cardenales y obispos y también a todo el episcopado alemán. No es raro tener la impresión de que la traición se ha convertido de repente en el “Credo” de una iglesia reformada que se dice a sí misma: “He aquí que yo hago nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21, 5).

¿Recuerdan la última vez que han notado esta traición? La recuerdo muy bien. Fue la tarde del 18 de diciembre, cuando acababa de publicarse Fiducia supplicans. Esa tarde me habían invitado a Baviera para predicar y hablé ante unas cien personas. La mayoría de ellas eran fieles lectores míos. Naturalmente, no fue fácil, porque todos esperaban que yo fijara una postura respecto a este documento en el que el Papa sorprendentemente permitía la bendición de adúlteros y homosexuales.

Esa tarde pensé en la traición de Pedro, al igual que millones de creyentes en todo el mundo. Y en mi predicación hice las preguntas principales: “¿Bendijo Jesús a la adúltera? ¿O bendijo a las parejas homosexuales?” – No, por supuesto que no. ¿Pero por qué el documento papal afirma que tales “bendiciones” eran acordes al espíritu de Jesús? ¿Sabe esto el Papa mejor que las Sagradas Escrituras?

Aquí es precisamente donde entra en juego la traición de Pedro: un Papa que introduce “bendiciones” que van contra la fe de la Iglesia y contra las Sagradas Escrituras no comete menos traición que la que Pedro cometió contra Jesús. Y todo aquel que lo sigue a él y a su prefecto de fe Fernández comete esta misma traición.

En ese 18 de diciembre la Iglesia ha vuelto a convertirse en la Iglesia de la traición: la Palabra del Dios vivo ha sido reemplazada por una palabra humana, y no mejora las cosas que lo haya hecho una palabra papal.

Ese día comenzó un sucio cisma: algunos cayeron de rodillas frente el becerro de oro del documento papal, otros se negaron con vehemencia a hacerlo. Tanto más cuanto que el argumento del Papa carecía ante todo de principios de teología y, desgraciadamente, también de sentido común. Todos saben que nadie puede bendecir a las parejas irregulares sin bendecir también su relación pecaminosa. Al contrario: tal bendición es y sigue siendo un sacrilegio terrible, que las estúpidas metáforas de Fernández no han podido ocultar.

Ese 18 de diciembre, el Papa provocó una profunda herida en el santo cuerpo de la Iglesia y también en el diálogo ecuménico: Desde entonces, para nuestros hermanos ortodoxos los católicos somos considerados herejes. Debo admitir que entiendo muy bien esta actitud.

Me sorprende que en esta situación nadie hay planteado la pregunta más importante, a saber: “¿Cuáles serán las consecuencias de todo esto y qué consecuencias podemos esperar ahora de Dios?” ¿Ya nadie en la iglesia cuenta con Dios, creen que la palabra del Papa ha sustituido a la Palabra de Dios? – ¿Qué pasará si bendecimos en SU ​​nombre lo que ÉL mismo ha condenado en el Apocalipsis?

Para encontrar una respuesta a esto, es suficiente con mirar la Biblia: “De Dios nadie se burla” (Gal 6, 7), dice, por ejemplo. Cualquiera que intente hacer esto provoca SU ira. Hay suficientes ejemplos de esto y eso es exactamente con lo que se encontrará la Iglesia en el futuro cercano. Después de todo, una traición nunca deja de tener consecuencias, incluida la traición de Pedro. Es cierto que Pedro se convirtió después de la noche del Jueves Santo, pero permaneció hasta el final como una roca débil, a veces vacilante, como lo muestra también el conflicto con el apóstol Pablo (Gal 15, 11-21).

Pero miremos hacia adelante.

¿Qué debería suceder urgentemente para eliminar del mundo la traición de Fiducia supplicans”?

Lo primero es que el Papa debería que retirar este documento. Un documento que causa división y provoca la ira de Dios no tiene lugar en la Iglesia. Así como Pedro admitió su error, su sucesor ahora debe hacer lo mismo.

Se añade una segunda cosa: Francisco y Fernández deberían arrepentirse públicamente y pedir perdón a Dios, porque en esto y sólo en esto es donde se diferencia la traición de Pedro de la de Judas: Judas optó por el suicidio, Pedro, en cambio, salió, se arrepintió de su culpa y lloró amargamente (cf. Ls 22, 62) y recibió el perdón del Señor. De eso se trata. Y lo que se aplica al Príncipe de los Apóstoles se aplica aún más a sus sucesores: al Papa, pero también a todos los obispos y sacerdotes y, en última instancia, a cada uno de nosotros: alejémonos de la traición y volvamos a la Palabra del Señor. Esta es la única manera en que podemos seguir a Jesús y no perdernos en esas ideas fugaces que, en última instancia, sólo nos da Satanás, como lo hizo una vez con Judas.

Publicado originalmente en alemán el 18 de marzo de 2024, en https://www.marcotosatti.com/2024/03/18/der-verrat-des-petrus-und-die-segnung-irregularer-paare-joachim-heimerl/

 

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

 

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2 commenti

  • Terminus ha detto:

    Les articles de ce prêtre de l’Eglise bergoglienne sont des ”miroirs aux alouettes”.
    Dire que Saint Pierre a été aussi traitre que Judas est une offense à la réalité. Saint Pierre a prononcé des paroles de reniement par crainte de la mort. Mais au jardin des oliviers, il avait dégainé son épé pour défendre le Seigneur Jésus. Tandis que Judas a été traitre par intérêt. Et Bergoglio est tout autant traitre par intérêt.
    Et Joachim Heimerl est tout autant traitre parce qu’il refuse de voir et de proclamer la vérité et la réalité sur le pontificat actuel de Bergoglio.

  • Luis Henao ha detto:

    En esta traducción al español del artículo del padre Joachim Heimerl, hay una palabra mal traducida. No es “Apocalipsis”, sino “revelación”. La palabra alemana “Offenbarung” significa en español tanto el libro del Apocalipsis, como “revelación”, en el sentido de la “revelación divina”, de lo revelado por Dios en las sagradas Escrituras. En el contexto del artículo del padre Heimerl es esta segunda acepción la correcta.