La dicotomía que deja al Papa cada vez más solo. Korazym.

1 Marzo 2024 Pubblicato da Lascia il tuo commento

Marco Tosatti

Estimados amigos y enemigos de Stilum Curiae, ofrecemos a vuestra atención este artículo de Andrea Gagliarducci, a quien agradecemos de todo corazón, publicado en Korazym. Feliz lectura y compartir.

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La dicotomía que deja al Papa cada vez más solo

por Andrea Gagliarducci

[Korazym.org/Blog dell’Editore, 26.02.2024 – Andrea Gagliarducci] — Esta semana, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Francis Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos, y el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, enviaron una carta al Camino Sinodal alemán en la que pedían que no se votara sobre la institucionalización de un Consejo de Gestión y Toma de Decisiones [AQUI]. Este Consejo estaría integrado por obispos (unos 27) y laicos, que se reunirían para debatir y tomar decisiones sobre los temas de la autoridad eclesiástica, el rol de la mujer, la moral sexual y la vida sacerdotal. El pedido fue aceptado y se eliminó la votación en la próxima sesión del programa del Camino Sinodal.

Pero el tema volverá a aparecer en las reuniones de los obispos alemanes en Roma. El arzobispo Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, ya ha hecho saber que no se puede ignorar la petición del Vaticano. También sostiene que la decisión no debilitó el rol del obispo sino más bien colocó su autoridad “en un terreno nuevo porque el escándalo de los abusos ha socavado esta autoridad”.

Más allá de las consideraciones que atañen inmediatamente al Camino Sinodal alemán, las declaraciones de Bätzing ponen de relieve otro problema. Los obispos alemanes están intentando reconsiderar con la Iglesia y resolver para la Iglesia un problema de credibilidad nacido de la crisis de los abusos. Desde el principio, el papa Francisco ha señalado que esta forma de repensar no puede conducir a decisiones vinculantes o a una ruptura con Roma. De hecho, el Papa afirmó: “les digo a los católicos alemanes: en Alemania ya existe una grande y hermosa Iglesia Evangélica; no me gustaría otra, que no será tan buena como aquella, sino que la quiero católica, a la católica, en fraternidad con la evangélica” [1], aludiendo no tan sutilmente a la protestantización de la Iglesia en Alemania.

Sin embargo, debemos preguntarnos cómo se combina esta preocupación doctrinal con las decisiones pragmáticas tomadas por el propio papa Francisco: desde aceptar la dimisión del arzobispo de París, Michel Aupetit “en el altar de la hipocresía” [QUI], hasta los seis meses de retiro espiritual por “falta de comunicación” respecto al informe sobre los abusos cometidos por el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo metropolitano de Colonia; desde el mal manejo de la situación de abusos en Chile [AQUI] hasta la decisión de renunciar a todos los obispos chilenos y empezar de cero.

El papa Francisco es muy sensible al tema del abuso infantil. Cabe recordar que en febrero de 2019 convocó a una gran reunión de los presidentes de todas las Conferencias Episcopales del mundo para discutir cómo abordar el drama de los abusos. Estableció algunas reformas, algunas quizás sólo formales, pero siempre con la idea de responder con contundencia al fenómeno. Al comienzo de su pontificado instituyó la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores.

Pero uno se pregunta por qué las decisiones prácticas sobre algunas cuestiones no pueden incidir también sobre las decisiones doctrinales. Todo es evidente para el Papa, porque así debe ser. ¿Es posible que precisamente estas decisiones pragmáticas, basadas en el flujo y la situación del momento, hayan allanado de alguna manera el camino para una prueba de la fuerza del Camino Sinodal alemán?

En última instancia, este es el problema del pontificado del papa Francisco. Dado que el principio es que “la realidad superior a la idea”, hay que tomar decisiones pragmáticas que en algunos casos pueden allanar el camino para cambios en las ideas dominantes. El Papa las toma, sin embargo, pensando que en todo caso se trata de dos compartimentos separados y que nada tienen que ver el uno con el otro.

El caso más llamativo y reciente es el de Fiducia Supplicans, la Declaración sobre la bendición de las parejas irregulares, la cual reitera las enseñanzas de la Iglesia pero se abre a soluciones pragmáticas para hacer que las personas se sientan acogidas. Sin embargo, regular las soluciones pragmáticas también abre el camino para forzar estas soluciones prácticas, lo que da lugar a cambios en la percepción de la doctrina. Y si no se percibe bien la doctrina, es fácil intentar cambiarla.

Esta no parece ser la intención del Papa, que ha reafirmado repetidamente los principios de la doctrina de la Iglesia. Al mismo tiempo, en la idea de dialogar con el mundo y tender la mano a algunas situaciones particulares sobre las cuales existe una sensibilidad compartida, al menos en el mundo secular, enfrentamos posibles presiones. De alguna manera, la Iglesia se debilita.

La situación se vuelve problemática ante una Iglesia estructurada y organizada como la alemana. En su viaje a Alemania en 2012, Benedicto XVI advirtió a la Iglesia alemana por estar demasiado orgullosa de sus estructuras, dejando de lado el anuncio de Cristo [AQUI]. Benedicto XVI pidió volver a dar prioridad a Cristo y a la evangelización, quitando cualquier significado político-social a la obra, aunque hermosa, que se estaba realizando. Un claro ejemplo de esta orientación se dio en Erfurt, donde Lutero se formó como agustino.

Al encontrarse con la comunidad luterana, Benedicto XVI observó que todos esperaban “un don ecuménico” [AQUI], que podía ser la remisión de la excomunión del propio Lutero, pero que era precisamente la lógica del don ecuménico la que debía ser abolida porque no se estaba frente a un intercambio político-social. De hecho, subrayó que el mayor don ecuménico que se puede dar es el de la oración común.

Por poderosas y duras que fueran, las palabras de Benedicto XVI cayeron en el vacio, porque la Iglesia de Alemania todavía se orientaba hacia la agenda progresista cuando los líderes de la Conferencia Episcopal fueron renovados poco después del viaje [AQUI].. Este hecho demuestra que la crisis de la Iglesia en Alemania probablemente habría comenzado de todos modos, fuera quien fuera el Papa.

También es cierto, al mismo tiempo, que la necesidad de este pontificado de dar una nueva imagen de la Iglesia y un signo de ruptura con el pasado, sobre todo en la cuestión de los abusos, ha permitido a la Iglesia alemana, abrumada por los escándalos, poner la pelota en marcha y empezar de nuevo con los proyectos de reforma. La mayoría de los proyectos de reforma no son nuevos, sino que ya han sido discutidos en plataformas como la Iniciativa Pfarrer [2]. Pero ahora han sido institucionalizados.

El Papa Francisco, que separa la respuesta pragmática del tema doctrinal, intentó detener el proceso. Pero este camino era potencialmente una pendiente resbaladiza que era difícil detener una vez comenzada.

La carta sobre el rol de los obispos en el Sínodo del 30 de enero de 2023, escrita por los cardenales Grech y Hollerich [AQUI] dio nueva vida al camino sinodal de la Iglesia universal iniciado por el Papa Francisco.

En algunos casos se pensó que un camino sinodal más amplio absorbería al Camino Sinodal alemán. En la asamblea sinodal de octubre pasado, algunos temas parecieron surgir precisamente de la idea de tener que responder a las cuestiones planteadas en Alemania. Por ejemplo, el primer borrador del documento final llegó incluso a pedir que los obispos supervisen a los nuncios apostólicos, especialmente en lo que respecta a los candidatos al episcopado. Los obispos locales intentaron reclamar un rol en la elección de nuevos obispos, culpando efectivamente de los abusos al Vaticano.

¿Son todas operaciones de marketing?

La sospecha persiste cuando un mecanismo como el Kirchensteuer (el “impuesto eclesiástico” alemán) sostiene todo el aparato eclesiástico del país. Cuando los que dicen pertenecer a la Iglesia católica son cada vez menos, los ingresos fiscales disminuyen. Sigue existiendo la sospecha de que quienes no expresan su opinión sobre el camino sinodal forman parte de ese mundo y se benefician de las ofertas y el apoyo de la Iglesia en Alemania.

Sin embargo, esta situación ha abierto una caja de Pandora. Ha permitido a quienes luchan por cambiar la Iglesia y que han utilizado la cuestión del abuso como caballo de batalla presionar a la Iglesia en este sentido para encontrar una oportunidad de victoria. Sobre todo, ha puesto de relieve el hecho de que las ideas y la práctica no pueden separarse. Se necesitan grandes ideas para que la implementación práctica de la reforma sea precisa, auténtica y radical. Y se necesita mucha práctica para analizar las ideas.

Por lo tanto, esta dicotomía creada en el pontificado de Francisco también puede representar el fin de las esperanzas de renovación: es demasiado tibia para los progresistas y demasiado pragmática para los conservadores. Así es como el Papa se encuentra cada vez más solo.

 

Este artículo fue publicado en inglés por el autor en el blog Monday Vatican [AQUI].

[1] Así respondió el Papa Francisco a la pregunta del periodista alemán Ludwig Ring-Eifel, del KNA, el 6 de noviembre de 2022 durante el encuentro con los periodistas admitidos en el vuelo papal, que regresaban del viaje apostólico al Reino de Bahrein. [AQUI].

[2] El 19 de junio de 2011 se lanzó el Aufruf zum Ungehorsam (Llamado a la desobediencia), con un título inequívoco que parecía un desafío, por parte de la Pfarrer-Initiative (Iniciativa de los párrocos), el movimiento nacido en Austria en 2006 para pedir cambios radicales en la Iglesia católica. Pero este documento no se limitaba a plantear exigencias, sino que invitaba explícitamente a la desobediencia. De hecho, como señaló el papa Benedicto XVI en su sentida homilía en la Santa Misa Crismal del Jueves Santo, el 5 de abril de 2012.[AQUI]: “trae también ejemplos concretos de cómo se puede expresar esta desobediencia, que incluso debería ignorar las decisiones definitivas del Magisterio”. Actos precisos, descritos detalladamente en el documento de los sacerdotes rebeldes, que anuncian que “no negarán la administración de la comunión a los cristianos de buena voluntad, incluso si están divorciados y vueltos a casar”, que ya no estarán disponibles para cubrir las parroquias. sin sacerdote y por lo tanto “permitirán que los propios fieles celebren Misas”, y que “se aprovecharán todas las oportunidades para promover públicamente la ordenación sacerdotal de las mujeres y de los hombres casados”. Se dirá: era algo viejo, ya propagandizado por el movimiento Nosotros somos la Iglesia. Con la diferencia de que fue asumido e implementado por no pocos sacerdotes.

Publicado originalmente en italiano el 27 de febrero de 2024, en https://www.marcotosatti.com/2024/02/27/la-dicotomia-che-rende-il-papa-sempre-piu-solo-korazym/

 

Traducción del original en inglés por: José Arturo Quarracino

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