Denatalidad. La ceguera intelectual de Occidente. Ettore Gotti Tedeschi

27 Luglio 2023 Pubblicato da Lascia il tuo commento

Marco Tosatti

Muy estimados StilumCuriales, ofrecemos a vuestra atención, por gentil permiso del autor, este artículo aparecido el 20 de julio en La Verità, que agradecemos por la cortesía. Feliz lectura y difusión.

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La ceguera intelectual en Occidente.

por Ettore Gotti Tedeschi

 

Me gustaría ser provocador y desligarme del pensamiento políticamente correcto. He llegado a convencerme de que en “nuestra casa” uno de los peores males es la “ceguera intelectual”. Un proverbio latino lo explica así: Deterior surdus eo nullus qui renuit audire. (No hay peor sordo que el que no quiere oir). Hablemos de natalidad y caída de la natalidad, ecologismo, bienestar…

El viernes 14 de julio apareció en La Verità una intrigante entrevista al “científico de datos” Stephen Shaw, que acaba de realizar un documental cuyo título confirma la sensación de ceguera intelectual evocada: “Birth Gap” (Mundo sin hijos), desmintiendo así las ilusiones (para no sonar ofensivo) de los sobrevivientes neo-malthusianos que aún hoy insisten en explicar que la calidad de la población importa más que la cantidad y la productividad tecnológica se encarga del resto (entre nosotros, esto me lo afirmó en la cara un Monseñor, un intelectual, según estos tiempos…).

Cuando escucho que se trata el tema de la natalidad y la población, mejor escucho estadísticas y proyecciones. Muy pocas veces percibo el intento de explicar las causas y no sólo los efectos. ¿Es un “sesgo”, una distorsión cognitiva e informativa? ¿Quién lo entiende?

Hoy las grandes (y confusas) preocupaciones que afligen a las personas con sentido de responsabilidad son (más allá del derrumbe del sentido moral y espiritual): las continuas crisis económicas y financieras nunca resueltas, sino sólo reiniciadas; la inflación y su incomprensible cura actual; el paro y la escasez de empleo que coexiste con la exaltación de la Inteligencia Artificial y con la petición de inmigración para cubrir la demanda de trabajo; las explicaciones confusas y contradictorias de las causas del problema ambiental, etc. etc.

Afirmo provocativamente que todos estos problemas tienen una primera causa común: la caída de la natalidad, sólo en Occidente. Recuerdo solamente que hace 50 años en el mundo había (redondeo para simplificar) 4 mil millones de personas, de las que mil millones estaban en Occidente. Hoy hay 8 mil millones de personas y siempre con sólo mil millones en Occidente. Pero hace 50 años Occidente controlaba más del 90% del PIB mundial, hoy (no) se conforma con menos de la mitad…

Esto explica la ansiedad de Occidente hoy por no perder el liderazgo, pero no explica la racionalidad de las decisiones tomadas para solucionar el problema, demostrando que no ha entendido lo que ha pasado desde que decidió interrumpir la natalidad. Cuando hace 50 años Occidente decide iniciar el proceso del “invierno demográfico”, se da cuenta demasiado tarde de que también la tasa de crecimiento del PIB se “congelaría” con el frío, por lo que cree poder compensarlo con el crecimiento progresivo de los consumos individuales (haciendo explotar el fenómeno del “consumismo”), utilizando también obviamente el ahorro (que hace 50 años representaba el 25% de los ingresos, hoy está en torno al 5%) que, no se haga pasar por alto, representa la materia prima para la intermediación bancaria y , al reducirse, influye en la disponibilidad del crédito otorgado y su costo (tasas).

Pero para alimentar el ciclo con la opción del consumismo, se debe aumentar el poder adquisitivo reduciendo los precios de los productos de consumo. Y así nació la decisión de trasladar a Asia a bajo costo la mayor parte de la producción posible (y reimportarla y venderla a precios más bajos).

Al obrar de este modo, hemos desindustrializado Occidente e industrializado Oriente. Explícale esto a los que no pueden encontrar fácilmente un trabajo adecuadamente remunerado (y por lo tanto no pueden formar una familia si no trabajan los dos, con menos tiempo para pensar en la familia…).

Quizás no nos crean, pero de repente Occidente descubre, con sorpresa, que la población está envejeciendo (quizás mirando los presupuestos públicos y viendo explotar los rumores de Sanidad y Pensiones), descubriendo también que en 50 años los “pensionados” sobre la población total se han triplicado (digamos del 10% a más del 30%). Y, naturalmente, el impacto de estos costos ha sido absorbido por el necesario aumento de los impuestos (que han pasado de cerca del 25% de los ingresos hace 50 años a casi el 50%).

Y los impuestos, ya lo saben, repercuten en la renta y en los recursos que hay que destinar a inversiones… Así el ciclo negativo se agudiza.

Pero ahora viene la sorpresa más curiosa. Se dice que tener hijos daña el medio ambiente, porque el hombre es el “cáncer de la naturaleza”.

¿Quizás lo contrario es cierto? Al no tener hijos en el Occidente rico, culto y económicamente maduro, el crecimiento del PIB se reduce progresivamente. Pero al no querer perder sus privilegios de bienestar y queriendo mantener un alto nivel de vida, decide sustituirlo por un crecimiento económico real y sostenible, consumiendo cada vez más (y cada vez más endeudado).

Para lograr esto, debe producir a costos cada vez más bajos en Oriente. El hiper consumismo necesario (olvidándose del impacto ambiental) y las producciones low cost (que justamente ignoran el medio ambiente) han producido el llamado problema ambiental de la contaminación por CO2.

Pero el origen es precisamente la caída de la natalidad, precisamente, para compensarla es que se han tomado todas estas decisiones, pragmáticas y con visión de corto plazo. Pero nos negamos a reconocerlo, y esto es grave. Llegando al punto en que Occidente, finalmente preocupado por la situación creada, decide separarse de Oriente que se ha vuelto demasiado poderoso, pero aumentando los costes de las materias primas y generando inflación de costes. De este modo, después de haber unificado el mundo con el mercado, ahora existe la tentación de volver a separarlo, incluso inventando una nueva forma de capitalismo inclusivo y sostenible (es decir, la transición digital y energética). El Covid ha acelerado lo digital en (digamos) 15-20 años y la guerra en curso ha acelerado la transformación energética en al menos una década.

Pero se sigue explicando que el problema de la humanidad es la superpoblación y la falta de protección del medio ambiente. ¿Qué debo decir? ¿Qué no hay peor sordo que el que no quiere oír?

Publicado originalmente en italiano el 20 de julio de 2023, en https://www.marcotosatti.com/2023/07/20/denatalita-la-cecita-intellettuale-delloccidente-gotti-tedeschi/

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

 

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