Bendición de las uniones homosexuales y la idiotez de algunos católicos. The Catholic Thing

11 Luglio 2023 Pubblicato da Lascia il tuo commento

Marco Tosatti

Muy estimados StilumCuriales, Vincenzo Fedele, a quien agradecemos sinceramente, ofrece a vuestra atención este artículo aparecido en el sitio web The Catholic Thing. Feliz lectura y difusión.

§§§

Bendición de las uniones homosexuales

David Carlin

 

La Iglesia de Inglaterra decidió hace unos meses adoptar lo que muchos consideran una postura de compromiso sobre las “uniones entre personas del mismo sexo”. Aunque mantiene la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo, permitirá a sus sacerdotes/ministros “bendecir” las uniones homosexuales. Al mismo tiempo, sin embargo, no impondrá tales bendiciones: la decisión de bendecir o no tales uniones quedará en manos de cada sacerdote/ministro.

Justin Welby, el arzobispo de Canterbury -que en virtud de ese cargo es el líder no sólo de la Iglesia de Inglaterra, sino también de toda la Comunión Anglicana mundial- ha anunciado que, aunque aprueba este compromiso, él personalmente no bendecirá ninguna de esas uniones.

Esto podría ser citado como un ejemplo del histórico talento inglés para “salir del paso”, lo que a menudo implica asumir posiciones que son prácticamente viables aunque teóricamente incoherentes. Esta disposición es un compromiso teóricamente insensato entre, por un lado, casi veinte siglos de tradición cristiana y, por otro, el espíritu anticristiano (o ateo) de la época. Es un compromiso del que solo un inglés podría estar orgulloso.

Sin embargo, y lamentablemente para la Iglesia de Inglaterra, hoy en día la gran mayoría de los miembros de la Comunión Anglicana no viven en Inglaterra. Vive en los territorios que formaban parte del Imperio Británico. Se encuentran principalmente en África. Mientras llevaban “la carga del hombre blanco” en el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, los británicos introdujeron a muchos africanos en los beneficios del cristianismo protestante de estilo anglicano.

Pero no es la variedad liberal del cristianismo la que está floreciendo hoy en la Iglesia de Inglaterra. No, es el cristianismo a la antigua, el basado en la Biblia y en siglos de tradición. En consecuencia, los anglicanos africanos -que aún viven, al parecer, en el corazón de la oscuridad religiosa y no poseen el innato don inglés de salir del paso- aún no están convencidos de la bondad de la homosexualidad o de la legitimidad cristiana de bendecir las uniones entre personas del mismo sexo

Es por ello que no hace mucho tiempo un grupo de arzobispos anglicanos africanos se reunió y denunció la decisión de la Iglesia de Inglaterra de permitir la bendición de las uniones homosexuales. Acusaron a la Iglesia de Inglaterra de apartarse de las enseñanzas del verdadero anglicanismo. En efecto, dijeron: “Nosotros los africanos somos ahora los verdaderos anglicanos; ustedes los británicos no lo son”. Es como George Washington afirmando que es mejor inglés que el rey Jorge.

Me pregunto si algún grupo de obispos católicos africanos, siendo ortodoxos, emitirá pronto una declaración denunciando a los obispos católicos alemanes que han decidido que se debería permitir a sus sacerdotes bendecir las uniones entre personas del mismo sexo. Y el papa Francisco acaba de nombrar a su amigo argentino, el arzobispo Víctor Manuel “Tucho” Fernández, al frente del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. El mismo Fernández también argumentó que la bendición de las “uniones entre personas del mismo sexo” puede ser posible siempre que no causen “confusión”.

Los obispos católicos africanos, después de reprender a los alemanes o a Fernández, darán a conocer una declaración similar respecto al cardenal McElroy de San Diego, quien recientemente cuestionó la antigua idea cristiana de que las relaciones homosexuales son mortalmente pecaminosas, diciéndonos que los católicos del siglo XXI sabemos mucho más sobre la homosexualidad de lo que sabían los antiguos maestros de moral (por ejemplo, San Pablo).

Los círculos católicos “liberales” o “progresistas” han estado presionando desde hace algunos años para relajar las antiguas normas relativas a la conducta sexual, especialmente la conducta homosexual. La mayoría de estas presiones provienen de laicos católicos, a veces apoyados por sacerdotes. Recientemente se han unido también los obispos.

Hay dos razones, sugiero, para este enfoque liberal sobre la homosexualidad. Primero, tenemos una simpatía humana natural por los católicos que, quizás sin culpa propia, están obsesionados con una orientación homosexual, pero su religión -nuestra religión- les dice que deben vivir sin afecto ni compañía sexuales. Por otro lado, dado que el Catolicismo siempre ha considerado la homosexualidad como un pecado sexual particularmente extremo -un pecado que no solo es una ofensa contra Dios sino una ofensa contra nuestra misma naturaleza animal-, una vez que se le dé luz verde a la homosexualidad se deberá dar luz verde también a otros pecados sexuales, por ejemplo, a la anticoncepción y a otros “pecados” que los liberales no desaprueban.

Después que se dé la aprobación a la bendición de las uniones homosexuales, habrá que permitir, según la lógica (algo que a veces usan los humanos), que los sacerdotes bendigan las uniones sexuales prematrimoniales y las uniones adúlteras.

Por supuesto, esto puede llevar a algunas situaciones delicadas. Por ejemplo, supongamos que una buena mujer católica casada decide que le gustaría tener una aventura con un hombre simpático que conoció el otro día en la biblioteca. Y supongamos que encuentra un sacerdote ilustrado dispuesto a bendecir su unión adúltera. Pero supongamos también que su marido católico no es tan ilustrado como ella, como su pretendida pareja o como el sacerdote. La bendición tendrá que hacerse a puertas cerradas, con todos los presentes jurando guardar el secreto.

¡Cuánta idiotez en todo esto, en esta adaptación de las antiguas reglas respecto a la homosexualidad! Los que aspiran a ser dominadores de las reglas suelen tener un corazón bondadoso y sangrante, y creen (o fingen creer) que están actuando bajo la inspiración del Espíritu Santo (Esta es una buena regla empírica: no confíes en nadie que te diga que es guiado por el Espíritu Santo).

Estos progresistas tienen frente a ellos la larga e instructiva historia del protestantismo liberal, si solamente se molestaran en mirarla. Una vez que comienzas, motivado por el deseo de modernizar tu religión, abandonando esta o aquella antigua doctrina cristiana, pronto toda la estructura de la fe y de la moral cristiana comienza a desmoronarse. Y a medida que se derrumba, muchos miembros de la Iglesia que aspiran al cristianismo verdadero, o algo muy cercano a este, abandonan su Iglesia ahora herética.

¿Por qué un católico que no es un idiota querría repetir la desastrosa historia del protestantismo liberal? ¿Y cómo diablos terminamos con obispos idiotas en Alemania, además de muchos otros más cercanos a casa?

Publicado en Italiano el 10 de julio de 2023, en https://www.marcotosatti.com/2023/07/10/benedizione-delle-unioni-gay-e-lidiozia-di-certi-cattolici-the-catholic-thing/

Traducción de la versión original en ingles al español: José Arturo Quarracino

 

§§§

Ayuda a Stilum Curiae

IBAN IT79N0200805319000400690898

BIC/SWIFT UNCRITM1E35

§§§

Condividi i miei articoli:

Libri Marco Tosatti

Tag: ,

Categoria:

Lascia un commento