Los Obispos Estadounidenses se Rebelan contra la Locura de la Ley de Igualdad. Biden, la Ideología de Género

26 Febbraio 2021 Pubblicato da Marco Tosatti

Marco Tosatti

Muy estimados Stilumcuriales, es cada vez más evidente que la administración de Joe Biden, en vez de llevar a una reconciliación en el interior del país, propone enérgicamente temas divisivos y locuras ideológicas. A continuación, encontrarán en nuestra traducción el documento con el que los obispos estadounidenses expresan su protesta por una ley que, con la excusa de reducir las discriminaciones, quiere imponer la llamada “ideología de género” en todo lugar y a todo nivel, con los consiguientes absurdos ejemplificados por los obispos y de los que ya hemos hablado. Disfruten la lectura.

§§§

Conferencia Episcopal de Estados Unidos

23 de febrero de 2021

Senado de Estados Unidos, Cámara de Representatnes de Estados Unidos

Washington, DC 20510 Washington, DC 20515

Como presidentes de los comités de Libertad Religiosa, Pro-Vida, Matrimonio, Educación Católica y Justicia Doméstica de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos (USCCB), escribimos para compartir nuestro apoyo a las leyes que protegen la dignidad y aseguran el respeto que se debe a todas las personas, así como también nuestra grave preocupación por la Ley de Igualdad de 2021 (H.R. 5).

La dignidad humana es fundamental para lo que los católicos creemos, porque cada persona está hecha a imagen de Dios y debe ser tratada en consecuencia, con respeto y compasión. Este compromiso se refleja en el servicio caritativo de la Iglesia a todas las personas, sin distinción de raza, religión o cualquier otra característica. Significa que debemos honrar el derecho de toda persona a un empleo remunerado libre de discriminación o acoso injustos, y a los bienes básicos que necesita para vivir y prosperar. También significa que hay que respetar a las personas con creencias diferentes. En este sentido, apoyamos de todo corazón los principios de no discriminación para garantizar la protección de los derechos de todos.

La Ley de Igualdad pretende proteger de la discriminación a las personas que experimentan atracción por el mismo sexo o discordancia de género. Pero en lugar de ello, el proyecto de ley representa la imposición por parte del Congreso de puntos de vista novedosos y divisivos en relación con el “género” en individuos y organizaciones. Esto incluye desestimar la diferencia sexual y presentar falsamente el “género” sólo como una construcción social. Sin embargo, como ha reflexionado el papa Francisco, “’el sexo biológico y el rol sociocultural del sexo (género) pueden distinguirse, pero no separarse’… Una cosa es ser comprensivo con la debilidad humana y las complejidades de la vida, y otra aceptar ideologías que intentan separar lo que son aspectos inseparables de la realidad”(1). Trágicamente, esta Ley también puede interpretarse como incluyendo un mandato de aborto, una violación de los preciosos derechos a la vida y a la conciencia”2).

En lugar de afirmar la dignidad humana en formas que superen significativamente las protecciones prácticas existentes, la Ley de Igualdad discriminaría a las personas de fe. También infligiría numerosos daños legales y sociales a los estadounidenses de cualquier fe o de ninguna. Si se aprueba, esta legislación:

–castigaría a las organizaciones benéficas religiosas, como los refugios y las agencias de acogida, y a sus miles de beneficiarios, simplemente a causa de sus creencias sobre el matrimonio y la sexualidad (§§ 3, 6);

–obligaría tanto a personas como a organizaciones, en muchos ámbitos de la vida cotidiana y del trabajo a hablar o actuar en apoyo de las “transiciones de género”, incluidos los trabajadores sanitarios y los asesores autorizados, incluso cuando vaya en contra de su criterio profesional (§§ 3, 6, 7);

–se correría el riesgo de obligar a los contribuyentes a pagar los abortos, y a los trabajadores sanitarios con objeciones de conciencia a realizarlos, acabando en última instancia con más vidas humanas (§§ 3, 6, 9);

–obligaría a niñas y mujeres a competir contra los niños y los hombres para obtener oportunidades limitadas en los deportes escolares, y a compartir vestuarios y duchas con varones biológicos que dicen identificarse como mujeres (§§ 6, 9);

–ampliaría la definición gubernamental de los lugares públicos en numerosos entornos, obligando incluso a los espacios de carácter religioso, como algunos salones de iglesias e instalaciones equivalentes propiedad de sinagogas o mezquitas, a acoger funciones que violan sus creencias o a cerrar sus puertas a sus comunidades más amplias (§ 3)

–excluiría a las personas de las carreras y de los medios de vida que aman, sólo por mantener la verdad de sus convicciones sobre el matrimonio y la sexualidad (§ 3); y

–discriminaría a personas y organizaciones religiosas por sus diferentes creencias, al derogar parcialmente la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa, de carácter bipartidista, lo que supone una desviación sin precedentes de dicha ley y de uno de los principios fundacionales de Estados Unidos (§ 9).

Cada año, la Iglesia Católica, como mayor proveedor no gubernamental de servicios humanos en Estados Unidos, ayuda a millones de personas necesitadas a través de sus parroquias, escuelas, hospitales, refugios, clínicas legales, bancos de alimentos y otras organizaciones benéficas. Las mismas creencias fundamentales sobre la persona humana -hecha con dignidad inherente y a imagen de Dios- motivan tanto nuestras posiciones sobre la vida, el matrimonio y la sexualidad, como nuestra llamada a servir a los más vulnerables y al bien común. Nos oponemos a esta legislación.

Saludamos a usted muy sinceramente

Su Excelencia Reverendísima monseñor Paul S. Coakley

Arzobispo de Oklahoma City

Presidente del Comité sobre Justicia Doméstica y Desarrollo Humano

Su Excelencia Reverendísima monseñor David A. Konderla

Obispo de Tulsa

Presidente del Subcomité para la Promoción y Defensa del Matrimonio

Su Excelencia Reverendísima monseñor Michael C. Barber, S.J.

Obispo de Oakland

Presidente del Comité sobre Educación Católica

Su Eminencia cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York

Presidente del Comité para la Libertad Religiosa