‘El Sucesor’: Memorias torcidas de JMB. Operación política de cara al Cónclave. José Arturo Quarracino.

11 Aprile 2024 Pubblicato da

Marco Tosatti

Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, José Arturo Quarracino, a quien agradecemos de corazón, ofrece a su atención su interpretación y juicio de las últimas obras del pontífice reinante, Jorge Mario Bergoglio. Disfruten de su lectura y compártanla.

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“El Sucesor”: Recuerdos retorcidos de JMB. En desagravio y homenaje a monseñor Georg Gänswein

Pocos días después de publicar su autobiografía –La vida. Mi historia en la historia-, Jorge Mario Bergoglio publica sus “recuerdos” de Benedicto XVI en otro libro-entrevista –El Sucesor-. En realidad, ambos textos forman parte de una operación política, que es asegurar el proceso de hibridación o neutralización de la Iglesia Católica, iniciado por el pontificado de Francisco para impedir que ésta última lleve a cabo una nueva evangelización universal frente a la Barbarie de la plutocracia globalista, tal como lo hizo a la caída del Imperio Romano en el siglo V d.C., luego de la invasión bárbara que puso fin al proceso civilizatorio desarrollo en la zona del Mediterráneo desde el tercer milenio A. C.

Al ver y leer los libros-entrevista publicados por Jorge Mario Bergoglio en sus once años de pontificado es inevitable hacer la comparación con los textos con el mismo formato publicados en su momento por san Juan Pablo II –En el umbral de la esperanza, Memoria e Identidad– y por el entonces cardenal Joseph Ratzinger –Informe sobre la Fe-, –Sal de la TierraDios y el Mundo, posteriormente Benedicto XVI – Luz del MundoÚltimas conversaciones. Y la diferencia que se pone en evidencia es abismal, no sólo en el contenido, sino también en la finalidad y propósito.

Tanto en el caso de Karol Wojtyla como en el de Joseph Ratzinger es claro e indubitable que sus propósitos no fueron otros que los de exponer sus vidas consagradas a Cristo y al servicio de Su Iglesia, en el marco de su obra evangelizadora y misionera. Sobre todo en el testimonio del Papa bávaro, que no sólo transita por los años de su existencia personal, sino también y sobre todo, por la historia de la Iglesia, y haciendo presente la persona viva y actuante de Nuestro Señor Jesucristo a lo largo de su vida personal y en los acontecimientos del mundo. Al leer a ambos el lector se adentra al mismo tiempo en la realidad sobrenatural de la que hablan, porque evidentemente han estado impregnados de la realidad divina en la que han creído y vivido hasta el final de sus vidas. Bien podemos afirmar que la lectura de la vida personal de ambos Papas santos lleva a todo lector a encontrarse con y a navegar en las realidades divinas sobrenaturales, con el Señor resucitado, con los Padres de la Iglesia triunfante y con la dimensión mística y real de ésta última.

Pero todo lo contrario ocurre con la lectura de los textos autobiográficos bergoglianos. Ya el título del primero muestra claramente que en su exposición no se va a encontrar nada sobrenatural: es su historia en la historia, sin connotaciones religiosas, mientras que los textos de sus antecesores exhiben inequívocamente la dimensión bíblica en la que han sido insertadas sus vivencias. Y en el mismo título da a entender o insinúa -en un modo típico de toda mentalidad jesuítica rebuscada- que su historia en la historia es la vida misma.

Y la misma forma retorcida o rebuscada encontramos en el título de su sus recuerdos novelescos autobiográficos: no es un homenaje a Benedicto XVI, sino a lo que él recuerda, es decir, usa la memoria del Papa bávaro para ponerse arriba de éste. Un verdadero Impostor, que resalta después a lo largo del texto, en el cual el obispo de Roma habla en forma fantasiosa y novelada con la impunidad que le permite su cargo papal respecto a su rol protagónico decisivo en la elección de Benedicto XVI -sólo él puede quebrantar el silencio que los cardenales se comprometieron a mantener respecto al Cónclave de 2005-, y sin que haya ningún testigo directo de la supuesta relación sumamente cordial y sin fisuras que mantuvo con Benedicto XVI, excepto uno -monseñor Georg Gänswein, a quien defenestra y pulveriza públicamente, sin que pueda defenderse mínimamente-, y menospreciando personalmente al cardenal Robert Sarah –“un pobre hombre manipulable, a quien le quedó grande el cargo de prefecto, un amargado”. Pero en última instancia Bergoglio no oculta el menosprecio sutil, pero menosprecio al fin, que muestra por la figura misma de Benedicto XVI -un abuelito, un Papa de transición, limitado por sus colaborades (incluso siendo Papa en funciones). En este sentido, resulta sumamente llamativo que el obispo de Roma destaque que Benedicto XVI “creía en la cadena sucesoria, creía en la cadena. Creía en la sucesión apostólica” (p. 29), en una forma tal que resalta que Bergoglio no cree en la continuidad apostólica de los Papas, porque “cada uno tiene su estilo” (???).

Es indudable e indubitable que con la publicación de estos dos últimos libros-entrevista estamos en presencia de una operación política por parte de Jorge Mario Bergoglio, que tiene como objetivo permitirle imponer su sucesor en el próximo cónclave, porque sabe que está transitando la etapa final de su pontificado. Ese objetivo permite entender el por qué de su ataque personal al arzobispo Gänswein, quien con su libro Nada más que la verdad. Mi vida junto a Benedicto XVI ha refutado públicamente y por anticipado la inventada relación sin fisuras de Bergoglio con Benedicto XVI, y el por qué de su menosprecio por el cardenal Sarah, posiblemente el más fiel seguidor de Joseph Ratzinger en el Colegio Cardenalicio, quien en principio podría ser un sucesor potable o tener gran influencia en el próximo cónclave. En otras palabras: no hay ningún interés pastoral o eclesial en los textos bergoglianos, sino que su propósito mundano (¿e inmundo?) es  mostrarse como fiel continuador de Benedicto XVI y desacreditar al cardenal Sarah como posible sucesor, para imponer a uno de sus lacayos, posibilidad que podría incluir al cardenal “Cicciolina”, también argentino.

Pero como ha acontecido siempre en la bimilenaria vida de la Iglesia -que es de Cristo, y de nadie más- se impondrá la voluntad de la Providencia Divina, más allá y por encima de todos los planes curialescos y mundanos que se deliren de aquí en más por parte de los interesados,  incluidos los enemigos de Nuestro Señor Jesucristo hoy enquistados hasta en los más altos niveles de Su Iglesia. En todo caso, y pase lo que pase, hay que tener presente que se cumplirán las palabras proféticas del entonces simple sacerdote Joseph Aloisius Ratzinger, en 1969: “la Iglesia encontrará de nuevo y con toda la determinación lo que es esencial para ella, lo que siempre ha sido su centro: la fe en el Dios trinitario, en Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, la ayuda del Espíritu que durará hasta el fin” y que “La Iglesia católica sobrevivirá a pesar de los hombres y las mujeres, no necesariamente gracias a ellos. Y aun así, todavía nos queda trabajo por hacer. Debemos rezar y cultivar el autosacrificio, la generosidad, la lealtad, la devoción sacramental y una vida centrada en Cristo”, más allá de cualquier impostor y engreído.

 

José Arturo Quarracino

10 de abril de 2024

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2 commenti

  • María Sánchez ha detto:

    Artículo interesante en cuanto a exposición y análisis de las diferencias teologales, vivenciales y sobretodo de profundidad en la fe, cuya base y fundamento de las dos personas reflejadas, así como la ordenación sacerdotal y papal fue en función al servicio y amor al Señor y la Iglesia católica.
    Pero un error manifiesto y que conlleva múltiples consecuencias:
    Si lo expuesto en el análisis psicológico que refleja la impostura religiosa ( Catecismo de la Iglesia católica num 675- 676-677), no se puede concluir que un próximo cónclave será la solución.
    Por múltiples aspectos a tener en cuenta, entre otros muchos, en atención a la brevedad:
    Que JMB es un hereje expulsado Laetae sentectia. Que su elección fue inválida e ilícita. Que la mayoría de los cardenales han sido designados por él, luego inválidos.
    Y por tanto, dejar abierta la posibilidad de una sucesión a un impostor que no pertenece a la Iglesia católica es imposible.
    Saludos

    • FRANZ ha detto:

      Gracias!
      A ver si de una vez se pueda discutir sobre la question de la validez de la eleccion del papa…esta casa (Stilum Curiae) tambien.
      saludos
      francesco
      “no se puede concluir que un próximo cónclave será la solución”