Campaña: No al nuevo envío de armas italianas a Ucrania. Va en contra de la Constitución. Mattarella, ¿dónde está Usted?

21 Gennaio 2025 Pubblicato da Lascia il tuo commento

 

 Marco Tosatti

Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, por recomendación de un fiel amigo de nuestro blog, V.M., a quien agradecemos de todo corazón, ponemos a vuestra disposición esta iniciativa. Entre otras cosas, para proteger nuestra Constitución, que durante años ha sido convertida en papel mojado con total descaro por quienes deberían ser su primer garante, y cuyas renuncias, si se producen, seguramente no será tardía. Disfruten la lectura y compartan.

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Campaña: No al nuevo envío  de armas italianas a Ucrania

Promovida por: Alex Zanotelli y otras personalidades

Pedimos a los parlamentarios italianos, de conformidad con el artículo 50 de la Constitución italiana, que formulen un acto de oposición a alimentar la guerra en Ucrania mediante el suministro adicional de armas y que se nieguen a convertir en ley el Decreto-Ley 200/2024. Consideramos que este nuevo envío va en contra de los intereses mismos de la población ucraniana, que en número cada vez mayor se niega a ir a luchar (800.000 evasores del servicio militar, según la estimación del presidente de la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento ucraniano, Dmytro Natalukha, según informó al periódico Financial Times).

Fecha de inicio: 1 de enero de 2025

 

PETICIÓN A LOS PARLAMENTARIOS, DE CONFORMIDAD CON EL ARTÍCULO 50 DE LA CONSTITUCIÓN, PARA QUE NO CONVIERTAN EN LEY EL DECRETO QUE AUTORIZA EL ENVÍO DE ARMAS A UCRANIA

El 27 de diciembre se publicó en el Boletín Oficial el Decreto-Ley n.º 200 relativo a disposiciones urgentes para la prórroga de la autorización para la transferencia de medios, materiales y equipos militares a favor de las autoridades gubernamentales de Ucrania, hasta el 31 de diciembre de 2025, sujeto a un acto de intervención de las Cámaras.

Las raíces profundas de esta guerra se encuentran en el creciente avance de la OTAN y sus bases militares hacia las fronteras de Rusia (los “ladridos de la OTAN a las puertas de Rusia”, como dijo el papa Francisco en Corriere della Sera, el 3 de mayo de 2022) y en la opresión y discriminación contra los rusos de Ucrania practicada por el gobierno hiper nacionalista instaurado el 22 de febrero de 2014 en Kiev,  después del violento derrocamiento del presidente Yanukóvich, debidamente elegido. Luego del giro antirruso del nuevo gobierno de Kiev, el pueblo de Crimea votó a favor de la anexión a Rusia en un referéndum llevado a cabo el 16 de mayo de 2014. Desde 2014 hasta 2022 tuvo lugar una guerra en Ucrania entre el gobierno de Kiev y las autoproclamadas repúblicas populares rusoparlantes de Lugansk y Donetsk, que provocó más de 14.000 muertos y decenas de miles de heridos. Los Acuerdos de Minsk (2014-2015), que preveían una amplia autonomía para las regiones rusoparlantes de Donbass y podrían haber detenido la guerra, nunca fueron implementados por el gobierno de Kiev con una necesaria reforma constitucional. Uno de los protagonistas más relevantes de la política europea, la ex canciller alemana Angela Merkel, declaró que sólo servían para ganar tiempo para que Kiev pudiera armarse adecuadamente para la guerra (entrevista en Die Zeit, 15 de diciembre de 2022). En 2019 se incluyó en la Constitución ucraniana la voluntad de unirse a la OTAN.

El avance de la OTAN hacia el Este, percibido por Rusia como una amenaza para su seguridad, y la negación de los derechos de la población rusa en Ucrania han exacerbado cada vez más las relaciones entre Rusia y Occidente. En lugar del diálogo, la mediación y el acuerdo se ha privilegiado el camino de la confrontación frontal (también a nivel cultural, con campañas rusófobas y la prohibición del arte y la literatura rusos, que son parte constitutiva y fundadora del patrimonio cultural europeo). La propuesta de una negociación de seguridad global, presentada por Moscú a Estados Unidos y la OTAN en diciembre de 2021, cayó en el vacío, dando a los dirigentes rusos una nueva señal de que no había lugar para la mediación y la solución pacífica. Esta situación ha llevado a Putin a recurrir a la guerra “como medio para resolver disputas internacionales”, precisamente lo que la Constitución italiana repudia expresamente, en línea con la Carta de la ONU.

También después del inicio de la guerra de alta intensidad el 24 de febrero de 2022, los intentos de negociación y mediación entre las delegaciones de Ucrania y Rusia -en Bielorrusia primero, luego en Turquía- fracasaron debido a la fuerte injerencia de un fuerte “partido de la guerra” que proponía la victoria completa y definitiva sobre Rusia, cuyo rápido colapso se preveía, si no una implosión. Estados Unidos, la OTAN y la UE han armado cada vez más a Kiev, a la que sólo la UE ha aportado 130.000 millones de euros (Von der Leyen, 19 de diciembre de 2024). El Parlamento Europeo, en línea con las cumbres de la UE y la OTAN, ha instigado a Ucrania a luchar hasta la “victoria”, descartando cualquier hipótesis de negociaciones. Esto ha llevado a una escalada continua de la guerra, con el envío de armas cada vez más letales capaces de impactar profundamente en el territorio de Rusia, en una espiral de acciones y reacciones cada vez más peligrosa y un involucramiento cada vez más amplio de la UE y la OTAN, con el riesgo concreto para los países europeos de pasar de un estado de co-beligerancia indirecta a una beligerancia directa (ya anticipada con la gran presencia en Ucrania de instructores,  entrenadores militares y oficiales de enlace de los países europeos).

El envío cada vez más masivo de armas al gobierno de Kiev, que ha llevado a la intensificación y a la prolongación de la guerra, ha causado destrucciones inconmensurables y la muerte de cientos de miles de jóvenes ucranianos sacrificados en el altar de razones geopolíticas que nada tienen que ver con la libertad y el bienestar del pueblo ucraniano y de los pueblos europeos. Después de casi tres años de masacres inútiles, el mismo presidente ucraniano Zelensky (entrevista en Le Parisien, 18 de diciembre de 2024), tuvo que reconocer que Ucrania no tiene la fuerza para cambiar el rumbo del conflicto. A pesar de ello, las élites europeas siguen alimentando de manera desproporcionada la espiral de la prolongada confrontación general contra Rusia y la militarización –ya anunciada y en parte en marcha– de las sociedades y economías europeas y su transición del bienestar a la guerra, con recortes muy fuertes en los gastos sociales para aumentar el gasto bélico.

Necesitamos salir de esta lógica perversa que está arruinando nuestro país (no se trata solo de las enormes sumas enviadas a Kiev para la guerra, sino también del fuerte aumento de los precios debido a la decisión del gobierno italiano de no comprar más gas ruso barato, para obtener suministros de Estados Unidos y de otros países a precios dobles o triples) y volver a la Constitución,  que en su artículo 11 prescribe de manera clara, clara e inequívoca, que Italia repudia la guerra como instrumento de ofensa contra la libertad de otros pueblos y como medio para resolver controversias internacionales”. El repudio de la guerra implica para Italia la obligación de comprometerse a detener los conflictos, no a alimentarlos con el suministro de armas.

 

Sobre la base de lo expuesto

Nosotros, ciudadanos de la República Italiana, consideramos que un nuevo envío de armas a Kiev, según lo previsto por la prórroga del decreto:

– Alimenta una escalada bélica  que, siendo realistas, tiene como única perspectiva un mayor involucramiento militar de la UE e Italia, hasta el punto de cruzar la línea roja de no retorno de una participación directa de nuestro país en la guerra contra Rusia, transformando la actual co- beligerancia de facto en una guerra abierta, con consecuencias catastróficas.

– Va contra los intereses de la paz, alimentando la espiral de guerra y la perspectiva de un mundo en guerra, con el aumento del gasto militar que resta recursos a la sanidad, a la escuela y a los servicios sociales.

– No solo va en contra de los principios de paz y cooperación internacional que informan nuestra Constitución, y viola la Ley 185 de 1990, que prohíbe el envío de armas a países beligerantes, sino que también va en contra de los intereses económicos de nuestro país, fuertemente afectado por  las medidas de bloqueo  impuestas desde 2014 contra Rusia y cada vez más intensificadas en los años siguientes.

– Va en contra de los propios intereses de la población ucraniana, que en número cada vez mayor se niega a ir a luchar y a abrir nuevos cementerios de guerra (800.000 evasores del servicio militar, según la estimación del presidente de la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento ucraniano, Dmytro Natalukha, según informó al periódico Financial Times). Una reciente encuesta de la agencia estadounidense Gallup atestigua que la mayoría de los ucranianos quiere negociaciones y el fin de la guerra lo antes posible.

– Alimenta la oposición contra la Federación Rusa, un país que forma parte geográfica, histórica y culturalmente del continente europeo, un país con respecto al cual Italia no tiene ninguna disputa, ninguna controversia territorial, comercial ni económica, con el que, incluso en el período de la Guerra Fría, pudo tejer fructíferas relaciones de cooperación económica (basta recordar aquí la fábrica de automóviles de Togliattigrad,  en cooperación con FIAT).

 

POR ESO 

PEDIMOS QUE SE FORMULE UN ACTA DE OPOSICIÓN A LA EXACERBACIÓN DEL CONFLICTO MEDIANTE UN MAYOR SUMINISTRO DE MATERIALES Y EQUIPOS MILITARES AL GOBIERNO UCRANIANO Y QUE SE RECHACE LA CONVERSIÓN EN LEY DEL DECRETO-LEY N.º 200/2024

 

Adhiere:

·         Como persona

·         Com asociación

 

Adhesiones desde el 1 de enero de 2025: 3811 personas , 83 asociaciones

 

Publicado originalmente en italiano por Marco Tosatti el 20 de enero de 2025, en https://www.marcotosatti.com/2025/01/20/campagna-no-al-nuovo-invio-di-armi-italiane-in-ucraina-e-contro-la-costituzione-mattarella-dove-sei/

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

 

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