Bergoglio: 12 años de gestión concursal. La entrevista con monseñor Viganò que “Fuori dal Coro” no emitió ayer
26 Aprile 2025
Marco Tosatti
Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, ponemos a vuestra disposición la entrevista que el arzobispo Carlo Maria Viganò grabó para el episodio del miércoles 23 de abril de Fuori dal Coro y que no fue emitida. La misma suerte corrió –si parva licet componere magnis– una entrevista sobre la figura de Jorge Mario Bergoglio realizada por una compañía de Fuori dal Coro con el escritor de estas líneas. Disfruten la lectura y compartan.
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Esta es la entrevista solicitada por la redacción de “Fuori dal Coro” de Mediaset para el episodio de ayer, 23 de abril. Sin ninguna explicación y sin ninguna disculpa por parte de la redacción, mi intervención no fue transmitida. Lo pongo a disposición aquí.
1. ¿Cuál es su valoración del papado de Bergoglio?
En las últimas décadas, un lobby subversivo se ha apoderado de los resortes del poder en gobiernos e instituciones, con el fin de llevar a cabo el plan anticristiano y masónico de la Revolución. Hay agencias gubernamentales -como sabemos por lo que surge también en Estados Unidos- que han interferido en la vida de las naciones, organizando y financiando la llamada “Agenda 2030” de la Fundación Rockefeller y el Foro Económico Mundial, la cual consiste en la destrucción de la familia, la mercantilización de la vida humana, la corrupción moral de niños y jóvenes, la explotación de los trabajadores, la privatización de todos aquellos servicios que hasta los años noventa fueron garantizadas -sin fines de lucro- por el Estado: salud, infraestructura, defensa, comunicaciones, educación. Para llevar a cabo este golpe de Estado global fue necesaria la colaboración (pagada, por supuesto) de funcionarios corruptos, políticos, médicos, magistrados, maestros, todos corruptos.
Pero la Iglesia Católica, que con el Concilio Vaticano II ya se había alineado con la mentalidad mundana, ha permanecido firmemente anclada a ciertos principios no negociables, por ejemplo en materia de moral sexual o de respeto a la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. Benedicto XVI se opuso claramente al plan globalista y nunca habría derogado estos principios, legitimando la ideología LGBTQ, el género, las locuras pseudo sanitarias de la OMS en el campo de la modificación genética y la despoblación mundial, la islamización de Europa a través del reemplazo étnico. Por lo tanto, era necesario eliminar a Joseph Ratzinger, sustituyéndolo por un “Papa” que, como esperaba el colaborador de Hillary Clinton, John Podesta, promoviera la Agenda 2030, ratificara el fraude climático y convenciera a los fieles de todo el mundo para que se sometieran a la inoculación de un suero que ahora sabemos que estaba diseñado para eliminar o patologizar a la mayoría de la humanidad.
Este golpe vaticano fue posible (y lo sabemos por las propias confesiones de sus protagonistas, incluido el controvertido cardenal Danneels) gracias a las maniobras de la mafia de San Galo, que en concierto con el Estado profundo estadounidense empujó a Benedicto XVI a renunciar y logró nombrar a Jorge Mario Bergoglio en la cima de la Iglesia Católica.
La de Bergoglio fue una usurpación ni más ni menos que las que permitieron al lobby globalista imponer gobernantes bajo las órdenes del Foro de Davos en la Italia de Conte y Draghi, en la Francia de Macron, en la Inglaterra de Johnson y Starmer, en la España de Sánchez, en la Irlanda de Martin, en el Canadá de Trudeau, en la Australia de Arden, en la América de Clinton y Obama primero y de Biden después, en la Unión Europea de Von der Leyen. Todos ellos no llegaron al poder de manera legítima, sino a través de manipulaciones, fraudes electorales o manipulación de consensos, y ejercen este poder contra los ciudadanos y contra las instituciones que deberían representan realmente.
Y todos ellos, sin excepción, están en gran medida comprometidos y son chantajeables, de modo que se ven obligados a obedecer si no quieren que sus crímenes y perversiones salgan a la luz. Bergoglio y sus acólitos tampoco son una excepción en esto.
El juicio que cualquier católico es llevado a formular sobre este “papado” -que no es un papado propiamente dicho- no puede ser, por lo tanto, sino pésimo, desde todos los puntos de vista. La Iglesia de Roma, después de estos doce años de tiranía, está devastada por los escándalos, la corrupción, las violaciones de los derechos humanos —pienso en el Acuerdo con la dictadura comunista de Pekín— y por una gestión fallida en todos los frentes. Las tímidas críticas de algunos cardenales y obispos a las herejías y escándalos de Bergoglio no han afectado en modo alguno a este régimen global que ve a sus gobernantes como aliados, contra los ciudadanos y los fieles.
2. El día de la muerte del papa Francisco usted escribió un post en X. Define como “desvaríos heréticos” lo que Bergoglio le confió a Eugenio Scalfari. ¿Puede explicar por qué?
Según lo informado por Scalfari, Bergoglio le habría confiado que no creía en el infierno, y que estaba convencido de que las almas buenas se salvan “fundiéndose” en Dios, mientras que las condenadas son destruidas, disueltas en la nada. Esto contradice la Sagrada Escritura y el Magisterio católico, que enseñan que cada alma, en el momento de la muerte física, se enfrenta al Juicio particular y es recompensada con la bienaventuranza eterna (pasando eventualmente por el Purgatorio) o castigada con la condenación eterna, dependiendo de cómo se haya comportado en vida, y de su estado de amistad o enemistad con Dios en el momento de la muerte. Por eso he hablado de desvaríos heréticos: se suman a una larguísima lista de absurdos y herejías que todos hemos tenido que soportar en los últimos años.
3. ¿A qué se refiere cuando habla de “sus herederos… los subversivos?
Bergoglio se rodeó de personajes corruptos y chantajeables, a los que utilizó con indiferencia para lograr lo que se proponía. Se burló, denigró y ofendió a cardenales y obispos honestos. Protegió y encubrió las investigaciones sobre los prelados investigados por delitos graves. Promovió toda la cadena de prelados estadounidenses corruptos y ultra progresistas, todos conectados con el ex cardenal McCarrick, que hoy ocupan las principales diócesis estadounidenses y puestos clave en el Vaticano. Levantó la excomunión de su hermano jesuita Rupnik, cuyos horribles acontecimientos habían escandalizado incluso a los más moderados. Persiguió a todos sus oponentes, incluyéndome a mí, infligiéndome la excomunión, en violación de la ley y la justicia. Todos ellos siguen en su lugar, continúan demoliendo la Iglesia y se preparan con el próximo Cónclave para completar la tarea que se les ha asignado: transformar la Iglesia de Cristo en una organización ecuménica y sincretista de matriz masónica que preste su apoyo al Nuevo Orden Mundial.
4. El papa Francisco era para usted un anti-Papa, un no-Papa. ¿Puede explicar por qué?
El Cardenal elegido en un Cónclave como Sucesor de Pedro debe expresar su aceptación y consentimiento para asumir las funciones propias del Papado.
Creo que la aceptación del Papado por parte de Begoglio estuvo viciada porque consideró que el Papado era algo distinto de lo que es, como el cónyuge que se casa por Iglesia, excluyendo los fines específicos del matrimonio y, por lo tanto, haciendo que el matrimonio sea nulo y sin efecto debido a un defecto de consentimiento.
Bergoglio accedió a la elección con dolo, abusando de la autoridad del Romano Pontífice para hacer exactamente lo contrario de lo que Jesucristo dio mandato a San Pedro y a sus sucesores para hacer: confirmar a los fieles en la fe católica, pastorear y gobernar el rebaño del Señor, predicar el Evangelio a todos los pueblos. Toda la acción de gobierno y de magisterio de Bergoglio –desde su primera aparición en la Logia Vaticana presentándose con ese inquietante “buenas noches”– se desenredó en un sentido diametralmente opuesto al mandato petrino: adulteró el Depositum Fidei, creó confusión indujo a los fieles al error, dispersó el rebaño, declaró que la evangelización de los pueblos es un “solemne sinsentido”, condenándolo como proselitismo; ha abusado sistemáticamente del poder de las Santas Llaves para desatar lo que no se puede desatar y atar lo que no se puede atar.
El Papa no es el amo de la Iglesia, sino el Vicario de Cristo. Él debe ejercer su autoridad dentro de los límites establecidos por Jesucristo y en conformidad con los fines queridos por Dios: en primer lugar, la salvación de las almas mediante la predicación del Evangelio a todas las criaturas y los Sacramentos.
Por lo tanto, un Papa no puede considerarse autorizado para “reinventar” el Papado, para “releerlo en clave sinodal”, para “modernizarlo”, para desmembrarlo a su gusto, para cambiar la Fe o la Moral. Si piensa que el Papado le permite modificar la institución que preside, por eso mismo se encuentra en esa situación de vicio de consenso que hace nula la elevación al ministerio petrino, porque lo que acepta no es el Papado católico tal como siempre se ha entendido desde San Pedro en adelante, sino una idea personal del “papado”.
Por eso estoy convencido de que el rol subversivo desempeñado por Bergoglio -considerado también en el marco internacional más amplio del golpe globalista- hace de él un usurpador, un antipapa, un no-Papa precisamente, porque era perfectamente consciente de querer manipular el Papado transformándolo en otra cosa y dándole fines que no son los del Papado: desde el culto al ídolo de la Pachamama hasta la comunión a los divorciados y la bendición de las parejas homosexuales, desde la inmigración hasta la promoción de las vacunas, desde la propaganda climática hasta la transición de género.
Por otro lado, tenemos la confirmación de esto por parte de quienes elogian a Bergoglio no por haber sido un Papa católico, sino por las empanadas de los transexuales de Torvaianica o por su cálida amistad con Emma Bonino.
5. ¿Cuál será el futuro de la Iglesia con la muerte del papa Francisco?
La muerte de Bergoglio cristaliza, por así decirlo, una situación de ilegitimidad generalizada. De los 136 cardenales electores, 108 fueron “creados” por él; lo que significa que cualquier Papa elegido en el próximo Cónclave -incluso si se trata de un nuevo San Pío X- su autoridad se verá socavada por haber sido elegido por falsos cardenales, creados por un falso Papa. Por eso, hace algún tiempo, pedí a mis hermanos en el episcopado que aclararan estos aspectos antes de proceder a la elección de un nuevo Papa.
Por cierto, la situación es desastrosa y humanamente sin solución. Sin embargo, como obispo y sucesor de los apóstoles no puedo dejar de recordar a todos que la Iglesia, que es el Cuerpo místico de Cristo, está destinada a afrontar la passio Ecclesiæ a ejemplo del Señor. Será precisamente de esta pasión -en la que todo parecerá perdido como aquel Viernes Santo de hace 1992 años- que la Iglesia renacerá, regenerada y purificada.
En estos días en que celebramos la Pascua de Resurrección, todo católico encuentra en el triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado las razones de su fidelidad al Evangelio. E lo que nos dijo Nuestro Señor, poco antes de enfrentar la Pasión: No tengáis miedo: yo he vencido al mundo.
+ Carlo Maria Viganò, arzobispo
23 de abril de 2023
Publicado originalmente en italiano por Marco Tosatti el 24 de abril de 2025, en www.marcotosatti.com/2025/04/
Traducción al español por José Arturo Quarracino
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Tag: fuori dal coro, tosatti bergoglio, vigano
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