Entre Trump y el Vaticano (desequilibrado por las decisiones de Trump): una guerra en curso. Stefano Fontana

1 Febbraio 2025 Pubblicato da Lascia il tuo commento

Marco Tosatti

Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, ponemos a vuestra disposición este artículo de Stefano Fontana, a quien agradecemos sinceramente, sobre las relaciones entre Bergoglio y Trump. Disfruten la lectura y difundan.

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Trump y el Vaticano: guerra en curso

por Stefano Fontana

Muchos observadores opinan que las decisiones políticas tomadas por Donald Trump en los primeros días de su presidencia pondrán en dificultades a los líderes de la Iglesia Católica. Esas decisiones contrastan con las directrices seguidas por el Vaticano en los ámbitos de la inmigración, del género, del medio ambiente y del verde y ponen en evidencia, de manera negativa, que en Occidente se había instituido un sistema global dominado por la cultura liberal, una post democracia elitista y totalitaria gestionada por la administración demócrata estadounidense y que aglutinaba a una amplia gama de centros de poder coordinando lo llevado a cabo. Entre estos centros de poder se encontraban los amos de la Web, la gran prensa, las universidades, las autodenominadas fundaciones filantrópicas, las agencias internacionales, los principales gobiernos occidentales y la dirección de la Unión Europea. El hecho de que inmediatamente después de las primeras decisiones de la nueva administración estadounidense estemos asistiendo a un cambio de rumbo por parte de muchos socios de este sistema –incluso Macron pide ahora abandonar el verde– confirma que este sistema existía y que las elecciones estadounidenses han abierto la puerta a un contrasistema.

Hay muchas razones para argumentar que la Iglesia católica había contribuido a ese sistema totalitario y que entre sus propios objetivos y los de la administración Biden, del Foro de Davos, de la Comisión Europea o de la OMS -solo por nombrar algunos nombres de la camarilla- el observador imparcial nota muchas convergencias. La primera dificultad de la Iglesia Católica es precisamente ésta, no haber sido capaz de liberarse del poder ideológico dominante, de no haber escapado de las mallas de un sistema, de no haber defendido la justicia como debería haberlo hecho. No haber apoyado a los obispos que no tenían la intención de dar la comunión a políticos que apoyan el aborto extremo como el presidente Biden y Nancy Pelosi, haber enviado varios mensajes de apoyo y buenos deseos a Klaus Schwab argumentando que el Foro de Davos podría hacer mucho por el bien común, haber condenado sin apelación cualquier control y limitación de la inmigración, haber aceptado y apoyado el sistema policial global establecido en el período de dos años del Covid y haber confirmado todas las decisiones de la OMS, haber insistido, incluso con documentos oficiales como la Exhortación Evangelii Gaudium o la encíclica Laudato si’, en el calentamiento global antropogénico y en apoyo de esa ideología climática que hoy está siendo enterrada por Trump porque no tiene base científica y trae pobreza a las masas trabajadoras … Todo esto y más manifiesta una línea obsequiosa con el actual sistema de control social.

Las políticas que la Iglesia ha apoyado, ya sea proponiéndolas ella misma o guardando silencio sobre sus aspectos negativos, han producido grandes daños. Pensemos, por ejemplo, en las muertes causadas por el totalitarismo sanitario durante la pandemia y, a posteriori,  por sus efectos adversos. O miremos el desempleo, la crisis económica, las tensiones sociales causadas por la economía verde, con los agricultores de media Europa protestando en las calles contra las disposiciones demenciales de los gobiernos o con los fabricantes de automóviles cerrando o deslocalizando plantas. O pensemos en la ausencia total de sentido común en la aplicación de la ideología de género en las competiciones deportivas entre hombres y mujeres, como en los Juegos Olímpicos de París, en los baños comunes, a menudo impuestos por la ley, y en las cárceles. Pensemos también en el aborto, no en el sentido de que la Iglesia lo haya declarado admisible, sino porque en este tema su voz se ha vuelto débil y casi ausente, prefiriendo intervenir sobre los inmigrantes y el medio ambiente. Pero mientras tanto, el sistema liberal global amplió el derecho aborto hasta el nacimiento, lo incluyó en la Constitución como en Francia, lo declaró un derecho humano como en el Parlamento Europeo, y muchos países dispusieron por ley la distribución de píldoras abortivas por correo. Cuando, gracias a los nombramientos realizados por Trump en su primer mandato, la Corte Suprema abolió la legislación anterior por inconstitucional y devolvió a cada uno de los Estados la competencia en la materia, el Vaticano se limitó a tomar nota. Ahora Trump libera a los provida encarcelados, pero la Iglesia no había movilizado ninguna protesta en su defensa. No se ha escuchado ninguna palabra, no digo disculpas, pero al menos de replanteamiento o de corrección del rumbo, de la cúpula eclesiástica, ningún obispo ha dicho que se arrepiente de haber cerrado iglesias y santuarios obedeciendo a la OMS, de haber apoyado las mentiras interesadas de virólogos pagados, de haber obligado a sus sacerdotes (aún hoy hostiga y discrimina en las diócesis a los que se oponen a las vacunas),  el papa Francisco no ha corregido su lema “Vacunarse es un acto de amor” y en cuanto a la ideología de género tanto la práctica eclesial como las declaraciones oficiales y los documentos recientes dicen claramente que la Iglesia no está dispuesta a librar ninguna batalla sobre el tema. La homosexualidad es ahora aceptada como algo natural –”Dios nos ama tal como somos”-, el reconocimiento jurídico de las parejas homosexuales también, el cardenal Cupich dice estar a favor de la adopción de menores, la bendición de las parejas homosexuales prevista por Fiducia supplicans abre la puerta al género porque – con la autoridad del Dicasterio para la Doctrina de la Fe- son disociables el cuerpo y la persona.

Stefano Fontana

 

Publicado originalmente en italiano por Marco Tosatti el 31 de enero de 2025, en https://www.marcotosatti.com/2025/01/31/fra-trump-e-vaticano-spiazzato-dalle-scelte-di-trump-una-guerra-in-corso-stefano-fontana/

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

 

 

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