Para el gobierno argentino Jorge Bergoglio es un cuatro de copas. Y tiene razón. José Arturo Quarracino.

27 Novembre 2024 Pubblicato da Marco Tosatti 1 Commento

Marco Tosatti

Estimados amigos y enemigos de Stilum Curiae, José Arturo Quarracino ofrece a su atención estas reflexiones sobre la relación entre el pontífice reinante y su país natal. Disfruten de su lectura y compártanlas.

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Para el gobierno argentino Jorge Bergoglio es un cuatro de copas. Y tiene razón

Ha impactado en el ámbito político argentino, en el Vaticano y en el mundo diplomático en general el tremendo desplante y desprecio que manifestó el presidente argentino Javier Edgardo Milei en ocasión de la conmemoración organizada en la Santa Sede del 40º Aniversario de la firma del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, con la mediación del cardenal Antonio Samoré (+), que no sólo puso fin a una larga disputa entre ambos países respecto a la posesión del Canal de Beagle (situado en el extremo austral del continente americano, que une los océanos Atlántico y Pacífico), sino que sobre todo evitó que se iniciara un conflicto entre ambos países hace 40 años, con consecuencias imprevisibles.

La conmemoración se llevó a cabo el lunes ppdo, 25 de noviembre, en el Vaticano, pero con la ausencia del canciller argentino, retirado por el presidente Milei a causa de una discusión que tuvo días pasados con el presidente chileno Gabriel Boric en la reunión del G20, en Brasil. La máxima autoridad chilena presente fue el canciller del país trasandino, Alberto van Klaveren, mientras que por Argentina presidió la delegación el embajador ante la Santa Sede, Luis Pablo Beltramino. Como se puede apreciar, se trata de una acción propia de un desquiciado o de un desequilibrado mental: por un problema personal, no tuvo ningún reparo en destratar al Vaticano y menospreciar un acto conmemorativo muy importante para ambos países. Porque en su fuero íntimo se cree un elegido de Yahvé [Ha-Shem] que está dotado de todas las “fuerzas del cielo”.

¿Cuál fue la respuesta del obispo de Roma? La misma que ofrece cuando no tiene todas las cartas en la mano: hacerse el tonto, porque no puede imponer su voluntad omnímoda ante su interlocutor. ¿Por qué? Porque tiene enfrente a un personaje que puede reaccionar de cualquier manera si se lo presiona, porque al igual que Bergoglio, se cree un elegido divino que está por encima del resto de los mortales. Milei se cree un émulo o continuador de la gesta mosaica en el monte Sinaí, mientras que Bergoglio se auto percibe como el gran reformador de la Iglesia Católica, mutándola en una cloaca recolectora de cuanta basura ha promocionado George Soros y la plutocracia globalista, genocida y depredadora.

Hasta ahora, don Jorge Mario ha aplicado todo su poder para desplazar y, en ciertas ocasiones, aplastar toda oposición a sus siniestros planes “sinodales” y a toda crítica ejercida contra sus desviaciones. Al mismo tiempo, se ha dedicado constantemente -siempre con rostro alegre- a rodearse de amanerados, homosexuales declarados, promotores y predicadores de la homosexualidad y del travestismo, aborteros y promotores del aborto, etc., todos los cuales han contado con su bendición y su reconocimiento público por parte del Pontífice, al igual que abusadores seriales amigos suyos que cuentan con su protección y apoyo. Hay miles de fotos suyas públicas con todos estos personajes, pero en sus 13 años de papado no hay una sola foto pública con personalidades o grupos provida, por ejemplo.

“Dime con quien andas y te diré quien eres” y “en la vida todo se contagia, menos la belleza” son dos antiguos refranes españoles que son bien aplicables en este caso. Para el primero, bien se puede leer la excelente entrevista del sitio web Life Site News a Gerard JM van den Aardweg, doctor en Filosofía, máster en Psicología por la Universidad de Leiden (Países Bajos) y doctorado en Ciencias Sociales por la Universidad de Ámsterdam[1]. Para el segundo, basta ver que la política homosexualista, inclusiva y sinodal de don Jorge Mario lo ha llevado a rodearse de personajes depravados, desviados y pervertidos, de lo cuales evidentemente se ha contagiado, para reaccionar igual que muchos de ellos: airado, cruel, desaforado y violento cuando se ha sentido afectado personalmente, pero dócil y pasivo cuando la afrenta ha sido infringida a la Iglesia Católica o al mismísimo Jesucristo, o cuando millones de fieles católicos son atacados o asesinados. En estos casos, sólo palabras pías de ocasión “consoladoras”. Curas, obispos y cardenales que blasfeman constantemente no sólo no son reprendidos ni censurados, sino que hasta muchas veces son promovidos, mientras que obispos y sacerdotes que critican al Pontífice son directamente “excomulgados” o “cismatizados”. Es que en la Iglesia “sinodal bergogliana” don Jorge Mario está por encima de la Santísima Trinidad católica, es superior.

Pero “el que las hace las paga”, dice otro refrán español. La pastoral homosexual desplegada por el obispo de Roma como política de Estado vaticana, con el menosprecio y abandono de la Revelación, ha tenido como consecuencia que hoy en día la Iglesia Católica, institucionalmente hablando, sea un híbrido, muy próximo y cercano a un prostíbulo religioso, extremadamente alejada del Cuerpo sagrado fundado por el mismo Señor con su sangre. Un híbrido que no pincha ni corta, un organismo insulso, un círculo espiritualista que ya nadie toma en serio en el mundo, con un Pontífice que sólo vale como un cuatro de copas de las barajas españolas y al que cualquier desquiciado se le atreve y se le planta de manos, como es el caso que nos ocupa.

José Arturo Quarracino

27 de noviembre de 2024

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Tag: milri, papa, quarracino

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