La tempestad devastadora que seguirá a la desaparición de Benedicto XVI. Crisis Magazine
2 Gennaio 2023
Lascia il tuo commentoMarco Tosatti
Estimados amigos y enemigos de Stilum Curiae, ofrecemos a vuestra atención este artículo, publicado por Crisis Magazine, a la que agradecemos la cortesía, en nuestra traducción, que da una imagen de lo que podrían ser, a nivel eclesial, las consecuencias de la muerte de Joseph Ratzinger. Feliz lectura y meditación…
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Tal vez puedan identificarse con el siguiente escenario.
Con frecuencia las familias son disfuncionales, aunque con buenas intenciones y no del todo malas. Pero al haberse desmoronado la naturaleza humana, las relaciones entre hermanos y parientes son complejas y a menudo conflictivas.
Nunca es más evidente esta disfunción que durante una crisis (por eso muchas familias sufrieron una disfunción más profunda cuando comenzó el culto del 2020). Uno de estos momentos de gran crisis para una familia es cuando el patriarca de la familia está a punto de morir.
Cuando el patriarca está destinado a morir, significa que toda una época de la historia está destinada a morir con él, lo cual es, por supuesto, muy triste. A la tristeza por la pérdida del líder familiar se suma la realidad de que, a su muerte, habrá que repartir la herencia -si la hay- y gestionar los asuntos.
En el mejor de los escenarios, todo se maneja herméticamente, sin dejar lugar a puñaladas por la espalda ni a políticas por parte de hermanos codiciosos. Sin embargo, cuando existe confusión sobre el rol del albacea, o si hay más de un albacea, a menos que la familia disfuncional se vea de repente imbuida de una sobreabundancia de caridad fraternal, es probable que la familia se deshaga a pedazos luego del fallecimiento del patriarca.
La hermana rebelde y ausente que reapareció mágicamente para pasar tiempo junto a papá cuando éste agonizaba -temiendo que se olvidara de dejarle dinero- es despiadada cuando su herencia está en juego. El hermano que empañó la herencia de su padre está demasiado ansioso por asumir el rol de líder, aunque tenga la columna vertebral de un molusco. Y la pobre madre tiene el corazón roto y es incapaz de manejar a sus hijos crecidos y malcriados, por no hablar de la culpa de haberlos criado así.
Es inútil decir que luego de la muerte del padre, lo que queda a su paso es una tormenta de proporciones épicas que desgarra a la familia.
Esto es lo que -creo- ocurrirá después de la muerte del Papa emérito Benedicto XVI.
Se puede comparar a la Iglesia con muchas cosas, y una de ellas es una familia. Y la familia ficticia que acabamos de considerar también podría llamarse Curia romana.
Aunque Benedicto es “Papa emérito”, en muchos sentidos sigue siendo el patriarca de la Iglesia.
A pesar de la confusión sobre esta época de dos hombres vestidos de blanco, Benedicto XVI es como el miembro vivo más viejo de la familia, una reliquia de otra época que representa a una generación perdida en un tiempo en el que todos los hijos de la familia ven el pasado como el más grande enemigo.
Ahora, antes de continuar, creo que es necesario hablar honestamente del papa Benedicto; pero, al mismo tiempo, no tiene sentido ser excesivamente polémico, especialmente dada la delicada naturaleza del final de la vida de un hombre.
Dicho esto, hay que considerar que el papa Benedicto -por muy buenas intenciones que tenga- se parece más al padre de esa familia disfuncional que hemos descrito.
Lo que quiero decir es que es totalmente posible que sea, en muchos aspectos, un hombre bueno -incluso un gran hombre, en algunos aspectos- y que, al mismo tiempo, no tuvo la capacidad o la voluntad de resolver la profunda disfunción de la familia que heredó.
No estoy diciendo que un solo hombre, ni siquiera el Papa, pueda derrotar por sí solo la embestida modernista en la Iglesia que lleva décadas produciéndose. Pero si tuviese que pensar en un Papa en una situación similar -por ejemplo, el papa San Pío X- debo admitir que se podrían haber aplicado medidas más severas y eficaces.
Recordemos que él sabía muy bien cómo eran las cosas. Nos dijo, en el momento de su elección, que rezáramos para que “no huyera por miedo a los lobos”.
Benedicto sabía que había lobos disfrazados de pastores; y al final, parece que fue incapaz de resistir sus ataques. Entiendo que los partidarios de Benedicto se sientan incómodos al oír hablar de él como si hubiera fracasado de alguna manera, pero es simplemente un hecho que nos dijo que estaba preocupado por huir, y al final huyó.
Benedicto es un Papa paradójico, por decirlo suavemente. Algunas de sus acciones y escritos teológicos le hacen parecer un paladín de la Tradición. Al mismo tiempo, algunas de sus obras -sobre todo las primeras- parecen haber sido escritas por Teilhard de Chardin.
Es el Papa que liberó la Misa en latín, pero es también el Papa que no hizo lo suficiente para garantizar que la Misa en latín no pudiera ser suprimida por su sucesor.
Personalmente, creo que la presencia de Benedicto en Roma -aunque pasiva y simbólica- actuó como una especie de parche contra los peores asaltos del neomodernismo que se desatarán después de su muerte. Mientras esté vivo y vista de blanco, es como un patriarca moribundo al que su progenie desprecia en gran medida, pero hacia el que hay que fingir al menos cierto honor por una cuestión de decoro.
Cuando muera -lo que probablemente ocurrirá muy pronto- todo el honor y el decoro serán cosa del pasado.
Si hay alguna inclinación en la Roma modernista a jugar un poco con la Tradición y la ortodoxia teológica en aras de una gorra ceremonial en el experimento fallido de la hermenéutica de la continuidad, desaparecerá cuando Benedicto se haya ido.
Cuando el Papa emérito haya fallecido, cualquier tenue atisbo de una era preconciliar habrá desaparecido oficialmente y la disfunción inherente a la jerarquía de la Iglesia estará, en mi opinión, en plena exhibición.
Y al igual que en una familia disfuncional luego de la muerte del patriarca, imagino que seguirán numerosos litigios y escisiones.
Manténganse firmes.
Publicado originalmente en italiano el 31 de diciembre de 2022, en https://www.marcotosatti.com/
Traducido al español por: José Arturo Quarracino
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Tag: benedetto, crisis magazine, tempesta
Categoria: Generale