Nicola Bux, El pensamiento católico. Políticos católicos, ¿coaliciones o amontonamientos?

29 Luglio 2022 Pubblicato da

Marco Tosatti

Muy estimados StilumCuriales, me parece oportuno poner en vuestro conocimiento esta reflexión de don Nicola Bux, aparecido en Il Pensiero Cattolico, que agradecemos por su gentileza. Feliz lectura.

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Es sabido que en todos los Partidos hay políticos que se consideran católicos, en el centro-derecha y en el centro-izquierda, pero el centro en realidad no existe o es sólo un recuerdo del Partido de los católicos que ya no existe y que significaba que in medio stat virtus [en el centro permanece la virtud]. ¿Quién es la virtus, es decir, la fuerza?  Dios, Cristo Redemptor hominis “el centro del cosmos y de la historia”, como afirmó Juan Pablo II: sin él, no se puede gobernar realmente la sociedad humana. Sin este “centro” no hay alianza duradera, aunque a toda prisa se intenta armarla, pero sólo es una alianza electoral, de derecha e izquierda, pero no será de “centro”, que se romperá puntualmente al día siguiente de las elecciones, en la roca de quién debe ser el primero, luego en las de las cuestiones éticas, en cuanto se necesite una postura decisiva sobre el progresismo nihilista: desde el uso de pronombres fluidos en las escuelas hasta la cultura de la cancelación, de las uniones homosexuales a la adopción gay, al aborto y al activismo transgénero. Habrá quien quiera enmudecer por miedo a perder consensos, porque sería considerado homófobo. No se equivoquen: sin la verdad moral no hay cultura política. Ciertamente, los verdaderos católicos utilizan el pensamiento sin intención de ofender, pero arriesgándose a hacerlo, porque la verdad hace mal, sobre todo cuando se critica lo políticamente correcto. La vida es una lucha, y es necesario combatir sin abatirse y afrontar las dificultades.

Hay que utilizar el principio de realidad, vinculado a una visión vertical de la existencia, especialmente para los que tienen fe, una visión basada en la revelación bíblica que ilumina lo que ocurre en el mundo. De ello se desprende que la conversión, no sólo la legalidad, es necesaria para todos si queremos una sociedad justa; que el orgullo en cualquier ámbito, por lo tanto también en el gay, es un pecado y no una razón para vivir; que las intervenciones quirúrgicas para cambio de sexo son criminales, sobre todo cuando se hace alarde de ello (pensemos en las decisiones catastróficas al respecto, tomadas por adolescentes inmaduros). La carne del hombre no es carne de matadero, porque está llamada a la resurrección; resucitaremos según el sexo que nos fue dado al nacer, aunque -sustraídos a la concupiscencia como los ángeles- no lo utilicemos. Una vez más, los que son católicos no temen decir que hay que examinar las razones históricas, culturales y políticas de los conflictos internacionales antes de tomar partido. Tampoco tiene miedo de decir a los musulmanes que deben respetar al cristianismo, porque pertenece a la identidad europea.

Sobre todo, debemos combatir la forma rastrera de totalitarismo, que Benedicto XVI llamó la “dictadura del relativismo”. El fuego que brota aquí y allá en este verano es una metáfora del castigo al que están sometidos los europeos, después de la pandemia y de la guerra, por haber transformado sus caprichos en “derechos civiles”. El aparente desbarajuste de la naturaleza sólo es achacable en una pequeña -y transitoria- medida a la negligencia del hombre; la naturaleza, en cambio, gime y sufre también por los pecados de los seres humanos: la naturaleza es demasiado poderosa para ser condicionada por el hombre, que, cuando la desfigura, lo percibe como un cosquilleo. Al formarse un juicio cultural, los católicos en política ayudarán a salvar a Occidente de la locura. Por tanto, los honorables políticos que se consideran católicos deberían reflexionar ahora sobre todo esto, y verificar si los Partidos en los que militan comparten el pensamiento católico, de lo contrario no deberían considerarse católicos y no pedir el consenso a los electores y a los laicos sanamente racionales.

 

Por lo tanto, para lograr una verdadera alianza que perdure, no sólo en función de una elección, hay que adherirse a la virtus que está en el centro, la Verdad que es Dios. Y por eso queremos acciones necesarias para la plena conversión, que son al menos cuatro: la contrición, la renuncia, la confesión y la reparación. De lo contrario, el orgullo se impondrá y la llamada coalición naufragará en las rocas del egoísmo individual y de partido. Es por eso que se aconseja a los políticos que quieran ser católicos, empezando por los líderes de los Partidos, que tengan un “día de retiro” con confesión y Santa Misa, antes de declarar alianzas y programas.

Por último, en esta época de confusión provocada por una profunda crisis doctrinal, cabe señalar que los electores conscientes de lo que significa ser católico consideran impensable dar su consentimiento a los Partidos que cambian las leyes sobre la familia natural, a los candidatos que están a favor de la paz, pero también del aborto y de las uniones civiles; en cambio, darán su voto a los que apoyan la vida desde la concepción hasta la muerte, y a los que están a favor de la libertad de enseñanza.

Si alguien observara en este punto que la política es laica, responderíamos que la laicidad no es independiente de la ley moral, hasta el punto de que frente a la corrupción y la inmoralidad en las esferas pública y privada, todos se apresuran para invocar “códigos éticos”. En realidad, ya existe uno y es inmutable: el Decálogo dado por Dios a Moisés y confirmado por Cristo. Aquí reside la verdad y la libertad de todo hombre y de la verdadera política.

Que los políticos católicos den testimonio dando a conocer estos pensamientos a esos colegas que buscan la verdad y a los dirigentes de los partidos que están a punto de aliarse, si no quieren contribuir a alejar aún más a la gente de la política.

 

Publicado originalmente en italiano el 27 de julio de 2022, https://www.marcotosatti.com/2022/07/27/nicola-bux-il-pensiero-cattolico-politici-cattolici-coalizioni-o-ammucchiate/

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

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1 commento

  • Amparo Simeon ha detto:

    Los políticos católicos no darán testimonio de nada, simplemente porque son católicos sólo de nombre como Biden y hoy faltan las cuatro virtudes cardinales: Prudencia Justicia, Fortaleza y Templanza y las Teologales: Fe, Esperanza y Caridad. Hay que volver al Catecismo y mejor al Catecismo Romano y al de San Pío X. ¡Si no hay Catecismo en nuestra sociedad! Cuánta ignorancia de las verdades eternas. Sólo se busca el placer, la comodidad y el dinero. Aquel Papa gigante Pío XII Pacelli -nunca apreciaremos bastante su grandeza, meditémoslo- decía terminada la masacre de la segunda guerra mundial: “Es todo un mundo el que hay que reconstruir desde sus cimientos”. Hoy, ochenta años después al pasear la mirada sobre el mundo de hoy, año 2022, se siente impotencia y hay que recurrir a las palabras del Papa Juan Pablo II, de inmortal memoria: APERITE PORTAS REDEMPTORI. PIDAMOS URGENTEMENTE A DIOS UN PAPA COMO LOS GRANDES PAPAS QUE SALVARON LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA.