LA PRENSA PROGRESISTA Y LAS RAZONES DEL ODIO HACIA TRUMP
11 Novembre 2020
Marco Tosatti
Estimados amigos y enemigos de Stilum Curiae, Agostino Nobile nos ha enviado esta reflexión impiadosa sobre las elecciones estadounidenses y sobre el rol que la prensa progresista, en un 95%, ha tenido en la promoción de un candidato francamente vergonzoso. Veremos como va a terminar… Buena lectura.
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Excepto por el fraude, los demócratas ganaron a pesar de Biden
Las elecciones presidenciales estadounidenses, si no resultaran corrompidas por el fraude, demuestran ampliamente que los verdaderos ganadores son los periodistas de izquierda, que cubren alrededor del 95% de los medios de comunicación del mundo. ¿Pero hicieron un buen trabajo? Quiero decir: ¿el hombre al que apoyaron para la Casa Blanca es realmente mejor que Donald Trump o han engañado a millones de estadounidenses, y no solo eso?
Al escuchar los discursos y entrevistas de Joe Biden, éste no parece un águila, todo lo contrario. Una persona con sentido común ni siquiera lo propondría como portavoz de un hospicio. Dejemos las opiniones a los medios y veamos algunos hechos muy brevemente.
Trump es obsesivamente acusado de racismo, pero el 3 de noviembre, en comparación con las elecciones de 2016, obtuvo cerca de 4 millones de nuevos votos, principalmente de ciudadanos negros y latinos que, gracias a las políticas de Trump finalmente han encontrado trabajo. Así que los odiadores mediáticos difundieron una falsificación.
Como escribí en mi artículo anterior –https://www.marcotosatti.com/
El mundo de Hollywood lo ha cubierto de insultos sin precedentes desde la mañana a la noche, incluso creando programas ad hoc para humillarlo. No ha pasado un día en CNN en el que figuras de la política y la cultura, sin contradicción, ultrajaron duramente la figura del presidente estadounidense. También nuestros siniestros periodistas e intelectuales, que actúan como si fueran oráculos de Delfos, usan insultos contra Trump que solo la miseria ética e intelectual puede dar a luz.
¿Por qué, a pesar de que el pueblo estadounidense se haya beneficiado pore la presidencia de Trump, los radicales chic y los desprevenidos lo detestan? Seguramente porque defendió a la clase trabajadora, a los pequeños y grandes empresarios, a la familia, la libertad religiosa, quitó fondos a las clínicas de aborto y, sobre todo, alejó las garras a Xi Jinping que estaban aplastando la economía estadounidense. Trump no promovió ninguna guerra y ha traído de regreso a miles de jóvenes soldados de zonas de conflicto, lo cual ha enfurecido a esa parte del Estado profundo -demócratas y republicanos- que sobrevive a los conflictos, a la sangre y a la muerte desde hace más de cincuenta años.
Ahora veamos por qué los siniestros periodistas de todo el mundo apoyaron a Dormilón Biden.
Si se confirma la victoria, el neo presidente servirá a los mismos poderes activos que durante ocho años crearon la agenda de Barak Obama. Entonces, para entender qué podríamos esperar en el futuro próximo, veamos lo hecho por el Premio Nobel de la Paz.
Obama hizo una campaña presidencial sobre una plataforma de política exterior de “poder inteligente”. Pero como muchas veces sucede, los hechos no siguen a las palabras. Una vez en la Casa Blanca se confió profundamente en el “raw power” [poder puro/poder bruto], conduciendo campañas militares en serie, desde Somalía a Yemen, desde Irak a Siria. Según un análisis de los datos militares, el gobierno de Obama lanzó más de 26.000 bombas en siete países, récord absoluto desde la posguerra hasta hoy. Antes de lanzar la guerra aérea en Siria, Obama no pidió la autorización a las Naciones Unidas o al Congreso de Estados Unidos.
En el 2011 Obama comenzó una presunta misión humanitaria contra Muammar Gheddafi, para después transformarla rápidamente en un conflicto que tenía como objetivo el cambio de régimen, causando el caos en Libia. El derrumbe del Estado libio creó una ciudadela yihadista a las puertas de Europa meridional.
La operación de cambio de régimen en Siria deseada por Obama, las monarquías árabes e Israel, dirigida por la CIA, aunque fracasó, contribuyó a hundir durante larguísimos meses a otra autocracia musulmana laica en la agitación yihadista.
Obama presidió el nacimiento de la organización terrorista más poderosa de la historia moderna, el Estado Islámico, que todavía hoy golpea en Europa. Como admitió el entonces secretario de Estado estadounidense, John Kerry, el equipo de Obama apoyó el ascenso de ISIS para derrocar al presidente sirio Bashar Assad. La fuerza principal estaba formada por mercenarios y rebeldes “moderados”, entrenados por la CIA y financiados con los petrodólares. Hemos tenido el resultado a la vista: miles de masacres, sobre todo de cristianos.
En marzo de 2016 el juez Daniel Manion acusó al entonces presidente estadounidense, Barack Obama, de discriminar a los cristianos sirios que habían solicitado asilo durante la guerra en Siria. Se acogió a 56 cristianos de los once mil sirios, y dado que las principales víctimas de las masacres perpetradas por los islamistas fueron precisamente los cristianos, no es difícil deducir que tuvo prioridad la islamización de Occidente. Hoy en día, unos 4 millones -de los cuales son sirios 3 millones seicientos mil- se encuentran en campos de refugiados establecidos en Turquía, cuyo presidente Isis Erdogan amenaza con enviarlos a Europa. Por lo tanto, el legado de Obama también incluye a millones de sirios, libios, iraquíes desarraigados y a miles de yihadistas en Europa listos para golpear a la primera señal.
El presidente que recibió el Premio Nobel autorizó por lo menos 506 disparos dirigidos a través de drones, razón por la cual fue hipernominado como “el presidente de los drones”. Al incentivar dramáticamente las exportaciones de armas de Estados Unidos, se distinguió también como el más grande exportador de armas desde finales de la segunda guerra mundial hasta hoy.
En la gestión de las relaciones con China, el principal rival geopolítico a largo plazo de Estados Unidos, la política de Obama publicitó de manera inequívoca la debilidad de Estados Unidos, permitiendo el crecimiento económico y geopolítico de Xi Jinping.
En ocho años Obama logró crear 30 millones de desempleados, pero Trump ha reducido considerablemente el número. Al igual que Biden y su vice, la ultraabortista Kamala Harris, Obama apoyó el aborto hasta el noveno mes, el matrimonio homosexual y el alquiler de vientres. Atacó la libertad religiosa, estableciendo que las escuelas, instituciones católicas y hospitales religiosos debían pagar seguros que incluyeran abortos y anticonceptivos, bajo pena de grandes multas o el cierre de las mismas instituciones. Ley anulada por Trump.
Está claro entonces que la izquierda apunta a una sociedad anti-vida, anti-familia, demostrando que le importa un comino la clase trabajadora. Efectivamente, al recordar los 30 millones de desocupados y las ventajas a favor de China, parece justamente que querían aniquilarla. Sólo la gente de izquierda, Antifa y Black Lives Matter todavía no se han dado cuenta.
Antes de concluir con este breve resumen de horrores no podemos no recordar el golpe de Estado de marzo del 2014 en Ucrania, deseado y subvencionado por el premio Nobel de la Paz, que produjo un conflicto fraticida entre ucranios filorrusos y nacionalistas que enarbolaban divisas del Tercer Reich, bendecidos por Obama y Soros.
Echando un vistazo a la televisión estatal china (tengo un módem que me permite navegar por las televisoras de medio mundo, no hablo el idioma de Confucio, pero los números son los mismos) me di cuenta de que para dar más relieve a la victoria del nuevo presidente demócrata, los 273 grandes electores obtenidos por Biden se han convertido en 290. Pero Trump también aumentó, de 213 a 214… Parece precisamente que las voces de pasillo que quieren a Xi Jinping como esponsor de Biden no son del todo infundados.
Una última nota. Tras el anuncio de la victoria de Dormilón Biden, las televisores de todo el mundo mostraron las alegres manifestaciones de sus votantes, abarrotados con y sin mascarillas. ¿Es el final de Covid o Xi Jinping ordenó el confinamiento ad libitum hasta que los ciudadanos occidentales no estén en ropa interior? Pase lo que pase, no olvidemos que después de las elecciones de 1933 que trajeron la victoria de Hitler, sus seguidores se manifestaron alegremente por las calles de Alemania. Después de unos pocos años, se encontraron devastados por la guerra, sin trabajo y hambrientos. ¿Se repite la historia?
Agostino Nobile
Publicado originalmente en italiano el 10 de noviembre de 2020, en https://www.marcotosatti.com/
Traducción al español por: José Arturo Quarracino
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Tag: biden, mass media, nobile, trump
Categoria: Nobile
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