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De Ettore Gotti Tedeschi 

para  Marco Tosatti

Tercera reflexión sobre el coronavirus.

Querido Marco, solo soy un economista de fe católica, pero quisiera con todo, proponer a los lectores de Stilum Curiæ una tercera reflexión “real-espiritual” para aprovechar en estos días de reclusión forzada.

Debemos retornar a contemplar a Jesucristo desmontándo esta trágica e insostenible indiferencia hacia el mismo Cristo. Ésta indiferencia es el verdadero orígen de las calamidades que hoy nos aflígen. Les propongo pues, algunas explicaciones en las que reflexionar.

– Lo explicó la Congregación de la Doctrina de la Fe (Instr.Libertatis Conscientiae)  en marzo de 1986. Nos adevertía que, negando a Dios, Princípio y  Fin de todo, se altera el orden de la Creación visible; el social y el económico…¡más claro que esto!.

– Lo explicó San Juan Pablo II en la Sollecitudo Rei Socialis, en la que había profetizado que al hombre muy inmaduro, preocupado por invertir sólo en ciencia y técnica, pero no en sabiduría, los instrumentos sofísticados se les escaparían de las manos…¡más claro que ésto!

– Lo explicó Benedicto XVI en Caritas in Veritate, confirmando que el hombre privado de valores de referencia, habría consentido a los instrumentos por él creados convertirse en autonomía moral y retornarles contra sí mismo…¡más claro que ésto!

– Trataré de proponer también una explicación. No ostante éstas advertencias, hemos continuado a vivir como si Dios fuera solo “misericordioso” permitiendo ignorar o confundir sus leyes. Este falso “abandono” también ha ofuscado nuestra racionalidad al punto de no lograr entender las verdaderas causas de fondo (de orígen moral) de éste virus, y solo buscar limitar sus efectos. Las causas que queremos ignorar estan en la negación de las leyes naturales, incluso aquellas en referencia a la vida humana (reducidas a ser consideradas como evolución del bacilo) y a la natalidad.

Leyes naturales que han sido despreciadas, más aún desafiadas, para demostrar que no exísten porque no debe existir un legislador-Creador. Y éste desafío justamente ha fallado…con un verdadero bacilo.

¿Qué hacer entonces?

Antes que nada volvámos a contemplar a Cristo como nos enseñan las Escrituras. En el Libro de Números del Antiguo Testamento (Num 21, 4-9) se narra como el pueblo de lsrael, habiéndo dejado Egipto, cansado de no alcanzar la tierra prometida, comenzó a murmurar contra Moisés y hasta contra el Señor. Para castigarlos el Señor les mandó serpientes venenosas que mataron a muchos israelitas. Entonces el pueblo se arrepintió y pidió a Moisés que le pidiera perdón al Señor. Entonces dijo el Señor a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la colocara en lo alto de un madero, para que, quien había sido mordido la viera y quedaría salvado.

En el Nuevo Testamento (Jn 3, 14-15) Nicodemo recuerda este pasaje refieriéndolo de Jesús, explicándo que para ser salvados se necesita elevar a Cristo y contemplarlo. Como decir: que el primer antídoto es siempre Jesucristo y su doctrina de salvación. Elevar a Cristo por arriba de toda actividad humana tendría que ser nuestra tarea.

Además hagamos como los enfermos del Evangelio que pedían al Señor que los curara, y redescubrámos nuestro Ángel Custodio.

El Domingo 12 de abril será Pascua de Resurrección, hagamos en modo tal que ése día tan cercano, los mismos motivos que hoy nos angustian  puedan transformarse en motivos de gozo.

Despues llegará Pentecostés y percibiremos lo que nos inspirará, para el futuro, el Espíritu Santo.

Ettore Gotti Tedeschi

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